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La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre, protagonista de la historia de la relojería desde el siglo XIX, celebra 180 años de incesante desarrollo en el mismo taller que creó su fundador. Jaeger-LeCoultre conmemorará este aniversario con la creación de guardatiempos excepcionales, exposiciones y eventos exclusivos alrededor del mundo.

La aventura empieza en 1833 cuando el relojero autodidacta Antoine LeCoultre se establece de forma independiente tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería. Después de crear una decena de inventos, registra cientos de patentes que hacen resplandecer con una fuerza inaudita a la relojería suiza. El pequeño taller crece tan rápido que muy pronto se le empieza a llamar La Grande Maison del Valle de Joux. En 1888 la Manufactura emplea cerca de 500 relojeros, técnicos y artistas.

En 180 años, Jaeger-LeCoultre ha creado y fabricado en sus talleres más de 1200 calibres distintos y ha registrado más de 400 patentes. La Grande Maison cuenta en su activo con primicias mundiales, superlativos y relojes legendarios como el Reverso, el Duoplan, el Memovox, el Polaris, los Gyrotourbillon I y 2, la línea Duomètre y el péndulo perpetuo Atmos. Hoy, más de 1000 personas trabajan en el seno de la Manufactura y dominan todas las especialidades relojeras de la marca con mayor inventiva en el mundo de la relojería.

Origen del pueblo de Le Sentier, cuna de Jaeger-LeCoultre

Nada parecía presagiar que el Valle del Joux se convertiría en la capital mundial de las grandes complicaciones relojeras. Encaramado a 1000 metros de altura, lejos de cualquier itinerario comercial, abierto al mundo únicamente por unos pasos de montaña frecuentemente cerrados durante interminables inviernos, el Valle del Joux vive bajo los caprichos de un clima considerado como uno de los más inhóspitos del arco del Jura. Estas condiciones extremas influyeron en el destino de la región. En cierta forma, estimularon la inventiva de las mujeres y de los hombres que se instalaron allí. Les impusieron la polivalencia, el tesón, la paciencia y el espíritu empresarial. Les enseñaron a inventar para sobrevivir.

Las raíces de Jaeger-LeCoultre están profundamente arraigadas a la historia del Valle del Joux. Desde el siglo XVI, la familia LeCoultre actúa como pionera. Como refugiado hugonote fugado de las persecuciones religiosas en Francia, el instruido Pierre LeCoultre (hacia 1530 – 1600) obtiene el codiciado estatus de “habitante” de la ciudad de Ginebra en 1558. Animado por su gusto por la aventura y los retos, al año siguiente deja la ciudad de Calvino y adquiere su primer terreno en el Valle del Joux: una parcela cubierta de bosques, territorio de osos y lobos. El contrato que firma en esta ocasión va a ser determinante para la historia de la región. Pierre LeCoultre se dedica a desbrozar el bosque, a construir casas, cultivar cereales y criar animales.

Pese a los numerosos obstáculos y peripecias, la pequeña comunidad echa raíces y se fortalece. El hijo de Pierre LeCoultre la emancipa definitivamente al erigir un templo en 1612, con lo que marca el nacimiento del pueblo de Le Sentier.

Antoine LeCoultre, inventor de gran talento y fundador de Jaeger LeCoultre

Décima generación desde el primer LeCoultre del Valle de Joux, el fundador de la Manufactura Jaeger-LeCoultre se distingue desde temprana edad por su carácter industrioso y visionario. En la pequeña forja familiar, en Le Sentier, Antoine LeCoultre (1803-1881) se inicia en los misterios de la metalurgia. Con su padre inventa nuevas aleaciones, perfecciona las láminas de vibración de las cajas de música y establece las bases de la industria de las cuchillas de afeitar. Su sed de progreso y su voluntad de confrontar los conocimientos empíricos contra el saber científico lo llevan muy pronto a incursionar en la más noble de las artes mecánicas: la relojería.

En 1833, tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería, Antoine LeCoultre funda en el Valle de Joux su primer taller, el que en unos años se convertirá en la Manufactura Jaeger- LeCoultre. Uno a uno, adquiere los principales “savoir-faires” relojeros necesarios para la fabricación de un movimiento relojero completo, acercándose poco a poco a lo que denomina su “plan primitivo”. Inventa numerosas máquinas que se acercan a pasos agigantados al campo de la precisión. Crea el Micrómetro (1844), primer instrumento de la historia de la técnica capaz de medir una micra. En 1847, su “remontaje de báscula” es el primer sistema seguro para darle cuerda al reloj y ponerlo en hora sin emplear una llave.

Del pequeño taller a la Grande Maison En 1866, el pequeño taller se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux. En una época en que los conocimientos relojeros estaban dispersos en varios cientos de pequeñas estructuras de producción a domicilio, Antoine LeCoultre y su hijo Elie (1842-1917) actúan como pioneros. Reunidos bajo un mismo techo, por primera vez hombres y mujeres pueden compartir sus secretos de fabricación y enriquecer sus conocimientos respectivos. En una palabra: conjugar sus talentos. Desarrollan en particular los primeros procesos parcialmente mecanizados de fabricación de los movimientos complicados.

En 1988, la Manufactura LeCoultre ya emplea cerca de 500 personas. En aquella época ya se le conoce como La Grande Maison del Valle de Joux. La creatividad de los movimientos es sencillamente prodigiosa. ¡Entre 1860 y 1900 la Manufactura crea más de 350 calibres distintos! La mitad incorpora complicaciones: 99 repeticiones diferentes, de las cuales hay 66 repeticiones de minutos y 128 cronógrafos, 33 calibres que reunían en un mismo guardatiempos el cronógrafo y la repetición. Y a partir de los años 1890 la Manufactura fabrica las primeras Grandes Complicaciones, es decir relojes con tres complicaciones relojeras mayores: calendario perpetuo, cronógrafo y repetición de minutos.

Cuando LeCoultre se encuentra con Jaeger

En 1903, un rumor corre en el mundo de la relojería helvética: el relojero parisino de la Marina, Edmond Jaeger (1858-1922), reta a los relojeros suizos a fabricar los calibres ultraplanos de su propia invención. En ese momento, Jacques-David LeCoultre (1875-1948), nieto del fundador de la Manufactura, era el encargado de producción de LeCoultre y Compañía. Él acepta el reto. De su colaboración y de la amistad que surge entre estos dos hombres nace una de las

colecciones más extraordinarias de relojes ultraplanos, entre las que se encuentra el reloj más plano del mundo, equipado con el Calibre LeCoultre 145 (1,38 mm de grosor). Continúan con obras pioneras en el campo de los relojes de pulsera, y finalmente: la marca Jaeger-LeCoultre.

Hoy en día olvidamos que al principio el reloj de pulsera suscita numerosas reticencias. A principios del siglo XX, los hombres los rechazaban, alegando que eran un accesorio exclusivamente femenino. Muchos relojeros se echaron para atrás ante las obligaciones que imponía: miniaturización extrema, resistencia a los golpes, hermeticidad… Tantos retos que LeCoultre y Jaeger enfrentaron para darle a este nuevo tipo de guardatiempos sus verdaderos títulos de nobleza. Se solicitó la colaboración de los mejores relojeros para crear calibres mecánicos de una pequeñez extraordinaria. Llevándose a cabo simultáneamente, las investigaciones estéticas y técnicas dieron como resultado la creación de calibres ultraplanos y complicados destinados a adoptar la forma de las minúsculas cajas, concebidas con la mayor elegancia.

Los primeros íconos

Impregnados con los valores del Art Deco, los años comprendidos entre 1920 y 1930 son testigo del nacimiento de los primeros íconos de Jaeger-LeCoultre. En un puñado de años nacen sucesivamente: el reloj Duoplan (1925) que da origen a los actuales Joaillerie 101; el péndulo perpetuo Atmos (1928) y finalmente el famosísimo reloj Reverso (1931). Estas creaciones no sólo marcan la historia de la relojería, sino que también han atravesado muchas décadas hasta nuestros días, colocándose en el nivel de los grandes clásicos de la Alta Relojería de prestigio. Sus geniales conceptos han avivado el espíritu inventor de los relojeros de la Manufactura, quienes no han desperdiciado la oportunidad de reinterpretarlos, perfeccionarlos y renovarlos para mantenerlos siempre vivos.

Nacida en 1925, la primera de estas creaciones legendarias lleva el nombre de Duoplan, debido a la estructura de su movimiento. En aquella época, la moda dictaba el uso de relojes de pulsera muy pequeños. Sin embargo, la miniaturización extrema daba como resultado una cierta pérdida de fiabilidad. El Duoplan ofreció una solución tan simple como ingeniosa para reconciliar la excelencia técnica con la elegancia. Su movimiento se construye en dos pisos, o dos planos, lo que permite conservar un volante de gran tamaño y de óptima precisión. Y para no hacer las cosas a medias… el Duoplan era uno de los primeros relojes de acero engastados. Asegurado por la empresa Lloyd’s de Londres, éste gozaba de un servicio post-venta único. El movimiento dañado se remplazaba en pocos minutos. A tal punto que el concesionario londinense Tyme anunciaba en su vitrina: “no tendrá tiempo para terminar de fumarse un cigarrillo durante la reparación de su reloj”.

En 1929, el calibre más pequeño de la familia de los Duoplan, el Calibre 101, pulveriza el récord del movimiento mecánico más pequeño del mundo. Para comprender la importancia de este acontecimiento hay que recordar que desde el nacimiento de la relojería en la Edad Media, los relojeros han multiplicado sus esfuerzos para inventar mecanismos cada vez más pequeños. Sin embargo, desde 1929, la búsqueda de la miniaturización parece haber llegado a su fin. Con 14 mm de largo, 4,8 mm de ancho y 3,4 mm de grosor, el Calibre 101 sigue conservando el título del movimiento mecánico más pequeño que jamás se haya elaborado en el mundo. Fabricado sin interrupción desde 1929. Las 74 piezas que lo componían inicialmente (hoy en día cuenta con 98), son ensambladas y elaboradas a mano, y pesan apenas 1 gramo.

Presentado en 1928 por el inventor de Neuchâtel Jean-Léon Reutter, el primer prototipo del péndulo Atmos es recibido con bombos y platillos. La prensa del mundo entero habla de este invento que acaricia el antiguo sueño del movimiento perpetuo. Se requiere todo el saber hacer de los relojeros de Jaeger-LeCoultre para pasar del estatus de prototipo al de péndulo de Alta Relojería. El Atmos obtiene su energía de los más ínfimos cambios de temperatura. Una fluctuación de un grado lo hace funcionar durante dos días. ¡Consume 60 millones de veces menos energía que una bombilla de 15 vatios! Regalo oficial de la Confederación Helvética desde hace más de medio siglo, el Atmos es el péndulo de grandes hombres y grandes damas. ¡Y como si fuese poco, en 2012 celebra sus ochentaicinco años de creación!

1931 es una fecha clave en la historia de Jaeger-LeCoultre puesto que marca el nacimiento del reloj Reverso. Con motivo de un viaje de negocios a la India, César de Trey, distribuidor de los guardatiempos Jaeger-LeCoultre, se encuentra con viejos amigos, unos oficiales británicos. Estos grandes aficionados al polo retan al suizo para crear un reloj capaz de soportar los golpes de su deporte favorito. De regreso a Suiza, de Trey le cuenta su proyecto a Jacques-David LeCoultre. De esta forma nace el Reverso cuyo nombre se inspira en el latín “me doy vuelta”. Un simple gesto permite hacer girar la caja sobre su base para proteger el cristal del reloj. El Reverso se puede personalizar a voluntad. Al unir la elegancia y el deporte, el Reverso se convierte en un gran clásico del Art Deco, un movimiento cultural que reúne todos los valores: refinamiento, artesanía, claridad estética y gusto por la diversión.

Un guardatiempos al servicio del hombre activo de los Gloriosos Treinta

Tras el cataclismo de la Segunda Guerra Mundial, el Occidente presenta durante tres décadas un desarrollo económico, demográfico y urbano sin precedentes, presididos por los valores de eficacia, resistencia y liberación del hombre a través de la técnica. Jaeger-LeCoultre contribuye a este movimiento creando relojes para el “hombre activo”: aquél que debe reconstruir y repensar el mundo. La inventiva está orientada hacia los campos de resistencia a los golpes y al magnetismo, hermeticidad, precisión cronométrica y funciones útiles tales como la alarma, calendario o cuerda automática.

En 1946, Jaeger-LeCoultre presenta su primer calibre automático: el Calibre Jaeger-LeCoultre 476. Desde esa fecha, la Manufactura no ha detenido su innovación en este campo: masas con topes, masas de rotor, masas de oro, cuerda unidireccional y después bidireccional, alta frecuencia, esferas de cerámica, etc.

Más que un reloj automático, el Memovox (literalmente “la voz de la memoria”) encarna el tiempo organizado y eficaz de los Gloriosos Años Treinta. Su timbre rima con los plazos de la vida cotidiana: despertador, citas, horarios de trenes o parquímetros. En 1956, la línea Memovox se enriquece con una primicia mundial, el Calibre Jaeger-LeCoultre 815, el que asocia la función de despertador con la carga automática. Tres años después, este calibre equipa el Memovox Deep Sea: el primer reloj de buceo automático con alarma. Rápidamente le sigue el Memovox Polaris que se convierte en el espíritu conquistador de los años 60, y que ha servido de importante fuente de inspiración para el diseño de las actuales líneas Compressor y AMVOX.

El 3 de agosto de 1958, el primer submarino nuclear americano llega al Polo Norte en un periplo que une al Océano Atlántico con el Pacífico por la vía más directa y rápida. Algunos meses después, Ginebra regala el Cronómetro Geophysic de Jaeger–LeCoultre a William R. Anderson, comandante del submarino, en homenaje a su descubrimiento técnico y humano.

De las funciones cotidianas a los refinamientos mecánicos exclusivos

Dotadas de funciones de uso cotidiano (despertador, cuerda automática, husos horarios…) las creaciones de los Gloriosos Treinta, tales como el Memovox, el Futurematic o el Geophysic han legado su filosofía a la línea actual Master Control. Creada en 1992, marca una etapa fundamental en la conquista de la precisión, ya que para merecer su título de “Master”, cada reloj terminado debe salir victorioso de una serie de seis severas pruebas efectuadas durante 1000 horas, más o menos seis semanas. Para crear esta nueva referencia, la Manufactura se ampara en su experiencia más que secular. Se apoya especialmente en los trabajos relativos a los calibres de alta frecuencia que fueron lanzados en 1970 y en los progresos de los sistemas de carga automática por rotor, lanzados en 1959. Expresión del clasicismo relojero absoluto, la línea Master Control se enriquece muy pronto con creaciones dotadas de complicaciones relojeras clásicas como el calendario perpetuo, el tourbillon y la repetición de minutos.

En 1991, el Reverso recibe sus primeras complicaciones. La saga de las series limitadas Reverso de oro rosa y después de platino puede comenzar: tourbillon, repetición de minutos, calendario perpetuo, cronógrafo retrógrado… En 1994, el Reverso Duoface propone por primera vez dos esferas que se dan la espalda, ofreciendo así dos husos horarios. En 1997 aparece la versión femenina, el Reverso Duetto para señora: por un lado indica la hora del día mientras por el otro, engastado, se visualizan las horas de la noche. En 2006, el Reverso grande complication à triptyque reúne en la legendaria caja reversible el tiempo civil, el tiempo sideral y el tiempo perpetuo sobre 3 rostros.

El siglo XXI, o la creatividad sin límite

Marcados por el signo de la invención, los primeros años del siglo XXI se cuentan entre los más fecundos de toda la historia de Jaeger-LeCoultre: ¡Desde el año 2000, la Manufactura ha creado más de 75 nuevos calibres! Entre los cuales se cuentan grandes complicaciones, tourbillons, repeticiones de minutos, cronógrafos, calendarios perpetuos, 15 días de reserva de marcha, el primer calibre que no necesita lubricante, etc. Al mismo tiempo, se registran más de 80 patentes para proteger los inventos tanto en el campo de los movimientos como en el de las cajas.

Con relojes ultracomplicados con creaciones de alta joyería, pasando por los Atmos complicados, los AMVOX, Master Compressor Diving, los Reverso Squadra, o los Duomètre, Jaeger-LeCoultre se impone como la referencia de la Gran Relojería de prestigio. El siglo XXI marca otra etapa importante en la historia de Jaeger-LeCoultre: la creación de los primeros relojes de pulsera con grandes complicaciones (por lo menos tres complicaciones importantes dentro de un reloj). En el 2004, los relojes de la Manufactura crean el Gyrotourbillon I. Este reloj superlativo está dotado con un tourbillon que gravita sobre dos ejes, un calendario perpetuo con dos indicadores retrógrados y una ecuación del tiempo activa. Para coronar este conjunto, también ofrece una autonomía de ocho días. El Calibre Jaeger-LeCoultre 177 cuenta con nada más y nada menos que 679 componentes. Nótese que los cerca de 100 componentes del tourbillon esférico sólo pesan un tercio de gramo.

El primer reloj de la historia de la relojería dotado de tres esferas animadas por un solo movimiento, el Reverso grande complication à triptyque, interpreta tres dimensiones temporales. Por el lado anverso, la hora civil se acompasa al ritmo de un tourbillon isómetro de elipse. Por el lado reverso ofrece una ecuación del tiempo y el calendario zodiacal. La tercera esfera está integrada en la base de la caja: un calendario perpetuo instantáneo se activa cada 24 horas, exactamente a media noche.

En el 2008, Jaeger-LeCoultre rinde homenaje al espíritu pionero de sus fundadores con cuatro series limitadas de oro rosa, cada una provista de complicaciones emblemáticas de la historia de la marca: repetición de minutos, calendario perpetuo, tourbillon y el calibre ultraplano. El Memovox Tribute to Polaris, la réplica de los Memovox Polaris de 1965 y 1968, recuerda las grandes horas de la historia de Jaeger-LeCoultre en el campo de los relojes de buceo. Una colección prodigiosa de Atmos abre nuevos horizontes para el célebre péndulo perpetuo que celebra sus 85 años. En cuanto al Reverso Gyrotourbillon 2, ofrece por primera vez al célebre reloj reversible un tourbillon esférico. Al juego de la vuelta de su caja, añade la sabia rotación del tourbillon sobre dos ejes, acompasada por las palpitaciones de una espiral cilíndrica. Esta extraordinaria innovación crea una nueva etapa dentro de la precisión relojera de los relojes mecánicos, lo que hoy se expresa en fracciones de segundo por día.

En 2013, 180 años de inventos al servicio de la Alta Relojería

Desde hace 180 años, década tras década, a medida que se integran nuevos conocimientos a La Grande Maison del Valle del Joux, las edificaciones continúan prolongando el taller original de Antoine LeCoultre, en el corazón del pueblo de Le Sentier, a tiro de piedra del lugar donde Pierre LeCoultre adquirió su primer terreno en 1559.

Los techos de la Manufactura se han multiplicado para formar un conjunto arquitectónico complejo que, más que un santuario de la Bella Relojería, constituye hoy en día un prodigioso espacio de creación.

Bajo los techos de La Grande Maison, cada día, 180 pericias relojeras y más de 20 tecnologías se inventan, conciben, fabrican, ensamblan, regulan, engastan, graban o esmaltan relojes únicos que hacen brillar y renuevan permanentemente la gran tradición relojera suiza.

1559 Llegada de Pierre LeCoultre al Valle del Joux

1612 Fundación del pueblo de Le Sentier por Pierre II LeCoultre

1730 Fundación de la forja de los LeCoultre

1833 Fundación de la Manufactura por Antoine LeCoultre

1844 Invención del Micrómetro

1847 Invención del remontoir de báscula

1851 Medalla de Oro en la Feria Universal de Londres

1858 Elie LeCoultre secunda a su padre Antoine

1866 Nuevo edificio: LeCoultre se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux

1870 Primeros calibres complicados

1874 Nuevo edificio

1880 Fundación de Jaeger en París

1888 Nuevo edificio

1890 La Manufactura fabrica 156 calibres

1890 Primeras Grandes Complicaciones

1900 Jacques-David LeCoultre dirige la producción

1903 Jacques-David LeCoultre conoce a Edmond Jaeger

1907 Calibre Jaeger-LeCoultre 145, el movimiento más plano del mundo

1912 Extensión de la Manufactura

1915 Aeronáutica y automóviles

1925 Invención del reloj Duoplan

1927 Nuevo edificio

1928 Invento del péndulo Atmos

1929 Calibre Jaeger-LeCoultre 101, el movimiento más pequeño del mundo

1930 Chronoflight

1931 Reloj de pulsera 8 días, doble barrilete

1931 Nacimiento del reloj Reverso

1932 Pendulette baguette

1933 Nuevo edificio

1937 Nacimiento oficial de la marca Jaeger-LeCoultre

1938 Cámara fotográfica en miniatura Compass

1946 Calibre Jaeger-LeCoultre 170 tourbillon

1946 Primer reloj automático Jaeger-LeCoultre

1950 Nacimiento del Memovox

1953 Futurematic

1953 Calibre Jaeger-LeCoultre 803, 1,64 mm de grosor

1956 Primer reloj de pulsera automático con despertador

1958 Cronómetro Geophysic

1959 Memovox Deep Sea. Primer reloj de buceo dotado de alarma

1965 Memovox Polaris

1967 Participación al Calibre Beta 21

1972 Nuevo edificio

1976 Calibre Jaeger-LeCoultre 900 automático, plano, de alta frecuencia

1982 Calibre Jaeger-LeCoultre 601 de cuarzo, el más plano del mundo

1983 Calibre Jaeger-LeCoultre 889

1987 Calibre Jaeger-LeCoultre 630 meca-cuarzo

1989 Grand Réveil

1990 Géographique

1991 Reverso 60ème

1992 Master Control 1000 Hours

1994 Reverso Duoface

1997 Reverso Duetto

1997 Nuevo edificio

1999 Atmos du Millénaire

2000 Jaeger-LeCoultre entra al grupo Richemont

2002 Master Compressor Memovox

2003 Reverso Platinum Number Two

2003 Atmos Mystérieuse

2004 Gyrotourbillon I

2005 Master Minute Repeater Antoine LeCoultre

2006 Reverso grande complication à triptyque

2007 Duomètre 2007 Master Compressor Extreme Lab

2007 Apertura de la Galería del Patrimonio

2008 4 series limitadas de oro rosa marcan los 175 años de la Manufactura

2008 Reverso Gyrotourbillon 2

2008 Nuevo edificio de 9.000 m2

2009 Duomètre à Grande Sonnerie

2012 Master Grande Tradition Grande Complication

2011 Reverso Rététition Minutes à Rideau

2012 Duomètre Sphérotourbillon

2013 Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

jaeger-lecoultre-duometre-a-spherotourbillonDual-Wing, el movimiento mecánico que revoluciona la relojería

“¿Una evolución? No, una revolución”

Por Jérôme Lambert, CEO de Jaeger-LeCoultre

“Al idear su mecanismo inédito Dual-Wing, la Manufactura Jaeger-LeCoultre no sólo concibió el elemento fundador de una nueva colección bautizada como Duomètre, sino también escribió un capítulo completo de la historia de la relojería”.

Ayer aún, confiar a un movimiento relojero tradicional la misión de asegurar una complicación adicional, además de indicar las horas, era correr un riesgo en cuanto a su precisión de marcha. El valioso talento de los mejores relojeros no podía contrarrestar las leyes de la física ni los límites de la micromecánica. Indudablemente, los movimientos que lograban realizar, aportaban una gran satisfacción si se privilegiaban las elevadas prestaciones técnicas, la precisión o la estética. Pero sólo se podía elegir uno de estos tres parámetros…

Poseer un reloj con complicaciones que reuniera estos tres ingredientes ya era una utopía. Y un buen día, en los talleres de la Manufactura Jaeger-LeCoultre, en el corazón del Valle de Joux, en Suiza, nació una idea: ¿y si se empezara en una página en blanco? ¿Y si en lugar de mejorar lo existente, se volviera a empezar de cero? ¿Y si en lugar de hacer evoluciones se eligiera hacer una revolución? Así nació el concept Dual-Wing, dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja: uno asumiría la indicación de las horas y el otro la animación de una función adicional.

¿Dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja? Si sólo se tratara de eso, los relojeros de Jaeger-LeCoultre sólo hubieran realizado una obra maestra de miniaturización. Pero hicieron mucho más al asociar los dos mecanismos a un solo órgano regulador, prueba de un funcionamiento cuya precisión es digna de un cronómetro.

Entonces sí, el concepto Dual-Wing, punto de partida de la colección Duomètre, es efectivamente una revolución, ya que permite ofrecer un reloj que reconcilia precisión y complicación inédita.

Su principio hacía soñar a los apasionados de la relojería, sólo quedaba transformar la teoría en realidad. El primer desafío del concept Dual-Wing fue animar un cronógrafo. Y el nacimiento del nuevo Duomètre à Chronographe constituyó uno de los principales eventos del año relojero 2007.

Luego llegó el turno del calendario. Esta codiciada complicación se benefició del concepto Dual- Wing: en 2010 nació el Duomètre à Quantième Lunaire.

Y en 2012 salió a la luz el Duomètre à Sphérotourbillon. Una nueva revolución en el arte de la precisión relojera…”

El Grande Reverso Lady Ultra Thin luce un brazalete Valextra para San Valentín

El Grande Reverso Lady Ultra Thin luce un brazalete Valextra para San Valentín

Grande Reverso Lady Ultra Thin animation Valextra 2012Siempre a la moda, Jaeger-LeCoultre viste al Grande Reverso Lady Ultra Thin con un brazalete de dos vueltas de piel Valextra en los colores de la temporada. La correa rojo “ribes”, verde “muschio” o beige “cannetè” realzará el estilo inimitable y elegante del Reverso, convirtiéndolo en un complemento de moda. A partir del 14 de febrero de 2013, para San Valentín, las Boutiques Jaeger-LeCoultre en todo el mundo ofrecerán estos tres brazaletes de colores.

El Grande Reverso Lady Ultra Thin es un modelo que rinde homenaje a los sueños de las mujeres, que permanece fiel a la esencia misma del clásico Reverso. Es mezcla perfecta de estilo Art Déco y elegancia. La mujer que luce un Grande Reverso Lady Ultra Thin encarna el lujo discreto, el glamour y el gusto por la Alta Relojería. Es una mujer independiente y decidida.

El Reverso ofrece un espacio único para la personalización con un grabado o un engastado. El Reverso puede ser personalizado con infinidad de motivos, desde iniciales, dibujos y números de la suerte hasta un retrato. Todos los momentos pueden ser inmortalizados en este reloj, el único que puede tejer un vínculo íntimo y emocional con la persona que lo lleva cada día.

Con la misma visión creativa, Jaeger-LeCoultre, la referencia en Alta Relojería suiza, y Valextra, una Casa de artículos de lujo mundialmente reconocida, continúan creando juntos accesorios exclusivos para señora; muestras del lujo, preciosa y minuciosamente manufacturadas. Las dos Casas colaboran desde 2012 en la elaboración de un brazalete de dos vueltas para los modelos Reverso femeninos. También crearon juntas el Bolso Jaeger-LeCoultre Rendez-Vous de Valextra, una forma inédita de lucir el reloj.

Acerca de VALEXTRA

Valextra: Una historia de gusto más allá de la moda

Líder en el sector de la marroquinería de lujo, Valextra nació en Milán en 1937 y debe su éxito a su fundador Giovanni Fontana, un visionario con un desarrollado sentido de los negocios y una gran capacidad para transformar una visión en una idea creativa. A lo largo de su historia, numerosas creaciones de Valextra se han convertido en éxitos de venta, y algunas han sido consideradas como iconos de diseño por museos de arte moderno alrededor del mundo, como la célebre maleta de viaje “24h”, que recibió el prestigioso premio “Compasso d’Oro” en 1954 y que la historia ha llamado “Bolso 24 horas”.

Fiel al espíritu de Giovanni Fontana, Valextra continúa ofreciendo una interpretación del tiempo y desarrollando productos mediante un antiguo arte, satisfaciendo las necesidades del momento y en continua sinergia, combinando tradición e innovación, calidad suprema y funcionalidad con sus formas lineales y elegantes. Una calidad distintiva, garantizada por artesanos altamente cualificados para modernizar a la vez que mantienen el respeto por la tradición.

Actualmente, Valextra es distribuido en Italia, Europa, Japón, Corea del sur y Estados Unidos a través de una red de boutiques insignia y puntos de venta en departamentos. Para más información, visite www.valextra.it.

El YEARBOOK SIX, en lo más alto

El YEARBOOK SIX, en lo más alto

La Manufactura Jaeger-LeCoultre está publicando la sexta edición del Yearbook, un libro de colección a gran formato que está inspirado en las últimas novedades de la Grande Maison del Valle de Joux. Con él, podrá adentrarse en un viaje en el que descubrirá nuevos territorios artísticos y culturales. Iniciado este ciclo en el año 2007, conduce este año…al círculo.

Si la realidad geométrica, como es resaltado en la carta de Franco Coligni, convierte al círculo “ una simple figura plana delimitada por una línea, llamada circunferencia, en la cual todos los puntos son situados a la misma distancia del punto central”, el símbolo es, a su vez, mucho más amplio y profundo.

Ciclos y círculos confundidos, la vida, la naturaleza y el tiempo se convierten en una sucesión de estaciones y una sucesión de horas sobre una tierra esférica girando en círculos al rededor del sol, en circunvalaciones sin fin. El infinito, mismamente, esta representado por un símbolo de doble círculo.

De hecho, la forma redonda domina en la relojería- cajas, biseles, esferas, coronas, ruedas-, Jaeger-LeCoultre ha decidido confiar a su Yearbook la misión de explorar todas las facetas del círculo en el mundo del arte y, sobretodo, en el mundo que nos rodea.

Una invitación a pasar las páginas para dar la vuelta al círculo…

Vuelta de esfera

El círculo es, ante todo, un conjunto dedicado a los relojes de bolsillo de antaño, todo él refinado en sus redondeces y de gran gusto para el tacto. A esas curvas relojeras responden otros círculos nacidos de fenómenos magnéticos, físicos y eléctricos, fotografiados por Berenice Abbot.

Vuelta de pista

El círculo, después, es considerado como una expresión artística y lúdica en un Universo donde esta forma geométrica tiene todo el sentido: el circo.

Vuelta de rueda

El círculo es la rueda que hace girar China y permite a la bicicleta poblar los mil millones de chinos, tanto en las ciudades como en el campo. Un tour de horizonte en blanco y negro, de día o de noche, entre luz y sombra a través el objetivo de Wand Wenlan.

Vuelta de Francia

El círculo es la mirada del fotógrafo Joachim Bonnemaison. Para alzar el retrato de mujeres de hombres y de pasiones, ha creado un aparato especial. Lejos de la foto tradicional, abre nuevas ventanas-redondas-, sobre fragmentos de la vida.

Un tour de magia

El círculo, es el tiempo reinventado por Jaeger-LeCoultre y fotografiado de manera excepcional: efectuando una rotación tridimensional, el tourbillon del Duomètre Sphérotourbillon supera la fuerza de la gravedad para obtener la mayor precisión.

Un tour de manivela

El círculo, es igualmente una opción de estética puesta en escena desde los años 30 en Brodway y Hollywood a través de películas, comedias musicales, shows, espectáculos de baile al ritmo de corros encantados.

Contorno de ojos

El círculo es, evidentemente, una de sus expresiones más simbólicas: el ojo. Un gran enfoque sobre las miradas animales fascinantes, emocionantes, capaces de embrujar…

Un barrido de 360º

El círculo, es un gran viaje hasta Shangai y su Festival del Cine en el cual Jaeger-LeCoultre es patrocinador. Entre las luces de la ciudad y de la noche, el objetivo de la cámara nos confiere un “Rendez-Vous” con una mujer espléndida…y un nuevo reloj.

Un saber-hacer

El círculo, es finalmente la forma de toda clase de objetos que hacen girar el mundo y marcan el ritmo de las horas de nuestra vida cotidiana. Metáforas o trazos de humor, alquimia geométrica y el último punto de vista de una secuencia de fotos realizadas por Chema Madoz.

La publicación estará disponible próximamente en la e-library de Jaeger-LeCoultre así como en todas las Boutiques de Jaeger-LeCoultre en el mundo.

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre, acudió al quinto encuentro anual benéfico del Cine en el MoMA, honrando homenaje a Quentin Tarantino

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre, acudió al quinto encuentro anual benéfico del Cine en el MoMA, honrando homenaje a Quentin Tarantino

Jaeger-LeCoultre-with-Diane-Kruger-at-MOMA-for-Film-Benefit-2012El quinto encuentro anual benéfico del Cine, que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, rindió homenaje al galardonado escritor y director Quentin Tarantino.

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre y co-presidenta del evento, abrió la ceremonia con un discurso antes de invitar al escenario a Tarantino.

El beneficio de este año se ha visto increentado en un 1.1 millón de dólares

Los co-presidentes honorificos del evento fueron Marie-Josée Kravis y el presidente del consejo administrativo del Museo, Jerry l. Speyer. Los co- presentadores incluidos Dana Auslander, Sid R. Bass, Peter Bogdanovich, Diane Kruger, Jo Carole y Ronald S. Lauder, Ana y Henry Pincus, Wendi y Rupert Murdoch, Dini von Mueffling y Ted Sann, Lizzie y Jon Tisch, Bob Weinstein, y Georgina Chapman y Harvey Weinstein. Los invitados especiales fueron Jamie Fox, Katie Holmes, John Slattery, Chelsea Clinton, Marc Mezvinsky, Steve Buscemi, Nichole Galicia, Harvey Keitel, Josh Lucas, Dean Winters y RZA.

Los fondos recaudados en el evento serán destinados a promover las grandes creaciones cinematográficas y seguir completando la colección del Museo de Arte Moderna. Las figuras rendidas homenaje anteriormente fueron: Baz Luhrmann (2008), Tim Burton (2009), Kathryn Bigelow (2010), y Pedro Almodóvar (2011).

Para Jaeger-LeCoultre fue un gran placer ser el patrocinador de este encuentro benéfico debido al respeto que tiene por las grandes creaciones cinematográficas. Jaeger-LeCoultre ha establecido una fuerte relación con el mundo del cine siendo patrocinador oficial del Festival de Cine de Venecia por octavo año consecutivo, así como del Festival de Cine de Shanghái, Abu Dhabi y San Sebastián en este año 2012

El reloj Duomètre Sphérotourbillon de Jaeger-LeCoultre fue premiado como el Mejor Reloj del año en el Munichtime y el Viennatime

El reloj Duomètre Sphérotourbillon de Jaeger-LeCoultre fue premiado como el Mejor Reloj del año en el Munichtime y el Viennatime

jaeger-lecoultre-duometre-spherotourbillonEl reloj Duomètre Sphérotourbillon de Jaeger- LeCoultre fue premiado como el Mejor Reloj del año en la categoría de “Relojes de Complicación” según el voto popular durante las exhibiciones de relojes en el Munichtime y Viennatime.

Durante la ceremonia de premios, el Consejero Delegado de Jaeger-LeCoultre, Jérôme Lambert, recibió el premio honrando el patrimonio de casi 180 años de experiencia en el campo de la alta relojería. Cerca de 10,000 amantes de la relojería acudieron a la 12a edición de Viennatime (Viena, Austria) donde realizaron sus votos en el certamen. La 5a edición del Munichtime, se celebró dos semanas antes del Viennatime y contó con 11,000 amantes de la relojería.

Durante la exhibición, un maestro relojero de la Manufactura Jaeger-LeCoultre demostró la extraordinaria experiencia relojera de la Maison, presentando complicaciones como los relojes de la línea Duomètre con el revolucionario concepto Dual-Wing, el nuevo reloj femenino Rendez-Vous, y también relojes históricos como los emblemáticos modelos del Memovox y el Futurmatic o el 101, el calibre más pequeño del mundo.

Jaeger-LeCoultre Duomètre Unique Travel Time. Una primicia relojera

Jaeger-LeCoultre Duomètre Unique Travel Time. Una primicia relojera

jaeger-lecoultre-duometre-unique-travel-timeLa Grande Maison del Valle de Joux le debe su increíble destino al espíritu de inventiva de su fundador, Antoine LeCoultre. Desde 1833, cada uno de los relojes firmados por Jaeger- LeCoultre ha sido realizado con la pasión que surte de su constante búsqueda de perfeccionamiento técnico. Cada obra maestra, legado de los 180 años de savoir-faire, se beneficia de las investigaciones más punteras.

El reloj Duomètre Unique Travel Time, la nueva interpretación del revolucionario movimiento Dual-Wing creado por Jaeger-LeCoultre, refleja los avances técnicos de la Manufactura en el ámbito de los relojes con husos horarios y ofrece soluciones inéditas a los viajeros apasionados por la bella relojería.

Primicia mundial para un reloj worldtime: éste reloj permite ajustar la hora del huso de destino con la precisión de un minuto. Gracias al worldtime, el viajero puede ajustar su huso horario en todos los continentes y países sea cual fuere el desfase horario.

Fiel al espíritu técnico y estético de las creaciones de la línea Duomètre firmadas por Jaeger- LeCoultre, el reloj Duomètre Unique Travel Time revela las distintas facetas de la excelencia relojera de la Manufactura del Valle de Joux. Se impone como un referente absoluto de la mecánica relojera y de la elegancia que desde 1833 va implícita en todas las creaciones firmadas por la Grande Maison. El pasado, el presente y el futuro se corresponden con una maravillosa complicidad en esta pieza excepcional, la que fue presentada en exclusiva durante la inauguración de la boutique Jaeger-LeCoultre de la Plaza Vendôme de París.

En este nuevo movimiento, el sistema Dual-wing se divide en dos mecanismos: mientras el primero está dedicado a la visualización de la hora local, el segundo permite la visualización del segundo huso horario. Los dos mecanismos comparten el mismo órgano regulador pero cada uno dispone de una fuente de energía propia e independiente, lo que evita las pérdidas generadas por las interacciones entre ambos mecanismos. El funcionamiento del segundo huso horario no tiene influencia alguna en el funcionamiento del reloj, lo que mejora considerablemente su precisión.

Cada mecanismo dispone de 50 horas de reserva de marcha. Además, para ofrecer una facilidad de uso absoluta, la misma corona permite armar los dos barriletes: mientras su giro anti-horario remonta el barrilete de las horas, la rotación horaria permite remontar el barrilete del huso de viaje.

Segundo acto: en vista de la complejidad de las funciones, la esfera finamente granallada se revela con perfecta claridad. Dos magníficos contadores dispuestos simétricamente aportan un equilibrio perfecto al rostro de esta creación relojera –la primera ventanilla a la altura de las 2h pone en escena las horas y los minutos, y la segunda a las 10h acoge las horas y los minutos del worldtime (Tiempo universal). En la esfera, dos dígitos especialmente aplicados en rojo rinden homenaje a la dirección de la Boutique Jaeger-LeCoultre: los números 7 y 9.

Incitación al viaje. Como en un mapamundi, la indicación día/noche y el disco de las horas están dispuestos a las 6h, lo que facilita su lectura. La única corona se emplea tanto para el ajuste de las horas del huso de viaje en la posición 1 y la hora local en posición la 2; y como mencionamos anteriormente, para el armado de los muelles reales, en posición 0, basta con girar la corona en sentido horario para armar el barrilete de la indicación horaria o girarla en sentido contrario para remontar el del huso horario de viaje.

Tercer acto: dotado de un acabado de notable belleza, el calibre Jaeger-LeCoultre 383 se revela a través del fondo de cristal de zafiro del reloj. Sus puentes y rodajes destacan por su achaflanado hecho a mano y enarbolan molduras pulidas. Los móviles, que también están achaflanados a mano u ornamentados con molduras pulidas, están acaracolados o endulzados. Esta decoración se inspira en la gran tradición de los relojes de bolsillo de la Manufactura marcando nuevos hitos por sus logros excepcionales. Visibles también en el reverso, el nombre de las ciudades grabadas corresponde a los 24 husos horarios.

Producido en serie limitada a 100 ejemplares de oro blanco de 18 quilates, el reloj Duomètre Unique Travel Time fue realizado especialmente para la inauguración de la boutique Jaeger-LeCoultre de la Plaza Vendôme de París, donde estará disponible a partir del 20 de noviembre. Digna heredera de la línea Duomètre, esta pieza de excepción enaltece la Alta Relojería técnica y preciosa. Ilustra 180 años de historia al tiempo que anticipa la relojería del mañana.

Duomètre Unique Travel Time

Movimiento: Nuevo movimiento mecánico de cuerda manual, Calibre Jaeger-LeCoultre 383, fabricado, ensamblado y decorado a mano

50 horas de reserva de marcha para cada uno de sus dos barriletes

498 piezas

54 rubíes

7,25 mm de grosor

34,30 mm de diámetro

28,800 alternancias por hora

Esfera: Granallada plateada

Agujas: Hoja

Funciones: Horas, minutos (Home Time)

Hora saltante ; visualización digital del 2° huso horario, minutos y World map

Indicación de las dos reservas de marcha

Caja: Oro blanco

13,65 mm de altura

42 mm de diámetro

Asas pulidas y flanco de carrura satinado

Hermeticidad: 5 atm

Brazalete: Piel de aligátor, hebilla de hebijón de oro blanco

Referencia: 606 35 2J

Jaeger-LeCoultre inauguró su Boutique en la Plaza Vendôme de París

Jaeger-LeCoultre inauguró su Boutique en la Plaza Vendôme de París

En la víspera de celebrar el 180 aniversario de la Manufactura, Jaeger-LeCoultre presenta el Rendez-Vous a los amantes de la Alta Relojería en el número 7 de la Place Vendôme, el nuevo buque insignia de la marca, formado por una superficie admirable de 500 m2.

La Boutique Jaeger-LeCoultre más grande del mundo representa un nuevo concepto de diseño interior: un cálido y luminoso espacio donde Jaeger-LeCoultre representará, a la vez, su pasado, su presente y su futuro.

Jérôme Lambert, Director Ejecutivo, inauguró el excepcional encuentro reflejando el prestigio de la Maison, cortando la cinta junto con Diane Kruger, amiga de la marca e imagen de la colección femenina, y Guillain Maspetiol, Director de la marca en Francia.

La Plaza Vendôme, el corazón vibrante del lujo al estilo francés, dio la bienvenida a los invitados de Jaeger-LeCoultre con rayos de luz que fueron proyectados desde las legendarias columnas de la Plaza Vendôme iluminando la nueva Boutique y desvelando el diseño del movimiento relojero plasmado en la fachada y en las ventanas.

Entre los invitados se encontraban Catherine Deneuve, Carmen Chaplin, Isabelle Huppert, Inès de la Fressande, Vincent Perez, José Luis Rebordinos, Olga Sorokin y Marina Hands.

La nueva Boutique de la Plaza Vendôme, lugar agradable de encuentros de coleccionistas, de seguidores de la marca y para todos los conocedores de la relojería, tuvo esa noche una única muestra al público del gran tesoro de la marca: desde el movimiento mecánico más pequeño del mundo, Calibre 101, hasta el mecanismo más complicado constituido por 1200 partes.

En una de las más técnicas y preciosas celebraciones de la Alta Relojería, Jaeger-LeCoultre desveló su nuevo reloj Duomètre Unique Travel Time, presentado en un conjunto de 100 piezas de edición limitada en oro blanco, especial para la inauguración de la Boutique en Plaza Vendôme. Los dos número 7 y 9 son aplicados en rojo en la esfera para hacer tributo a la dirección de la Plaza Vendôme. El reloj Duomètre Unique Travel Time refleja la técnica avanzada clasificada por la Manufactura en el campo de los relojes GMT y ofrece soluciones originales a los viajeros: por primera vez en la historia de la relojería, este modelo permite al usuario ajustar el tiempo en un viaje adaptándolo a la zona horaria al más preciso minuto.

Como una de las mejores Manufacturas internacionales, la Maison tiene una genuina relación con los conocedores de la Alta Relojería. Alrededor de 800 invitados recibieron una cálida bienvenida en la Plaza Vendôme y celebraron dicha ocasión en el Grand Hotel donde la noche continuó con un coctel y un espectáculo de artistas de circo seguido de un show de jinetes.

Jaeger-LeCoultre y Aston Martin: Visión de futuro con el AMVOX7 Chronograph

Jaeger-LeCoultre y Aston Martin: Visión de futuro con el AMVOX7 Chronograph

Jaeger-lecoultre-AMVOX7-Chronograph_SLa colaboración entre Jaeger-LeCoultre y Aston Martin celebra su octavo aniversario con la presentación del AMOVX7, el primer cronógrafo de arranque vertical dotado de visualización de la reserva de marcha radial. Concebida por la Manufactura del Valle de Joux, la línea AMVOX seduce desde hace casi una década tanto a los apasionados de la bella relojería como a los fanáticos de deporte motorizado. El AMVOX7 Chronograph enarbola las características de una colección emblemática en una nueva caja con una forma aún más ergonómica, manifestando el espíritu de vanguardia de una alianza íntegramente dedicada a la innovación estética y técnica inspirada en el prestigioso constructor de automóviles británico.

Un diseño refinado al servicio de funciones intuitivas

Antes de un examen detallado, el AMVOX7 Chronograph seduce inmediatamente las miradas por el motivo que ornamenta su esfera en el que se reproduce el diseño de la rejilla de aireación delantera del Vanquish, el nuevo modelo desvelado por Aston Martin el pasado mes de junio. No obstante, este evidente parentesco fue sólo el boceto que inspiró una búsqueda formal en perfecta concordancia con las características técnicas del reloj. Los relojeros y artesanos de Jaeger-LeCoultre han aportado un cuidado particular a la realización de decoraciones refinadas. La diversidad de los acabados empleados en las distintas superficies confiere una notable profundidad visual a una esfera negra con contadores color gris antracita sobre la cual los matices blanco y rojo destacan por su legibilidad.

Una nueva función hace su entrada triunfal en la línea AMVOX, la visualización de la reserva de marcha radial. En el AMVOX Chronograph, esta indicación se hace visible en dos aberturas practicadas en la parte superior del realce, a ambos lados de la esfera negra. Durante el armado del reloj, los discos rojos de la reserva de marcha se juntan como si quisieran enlazar al número 12, mientras que a medida que se desarma el barrilete, desaparecen nuevamente para desvelar poco a poco las palancas del cronógrafo. Una vez más, este modo de visualización de percepción instintiva está en perfecta adecuación con el sentimiento de inmediatez que confiere la conducción deportiva.

La caja de titanio grado 5 se distingue por sus acabados técnicos absolutamente refinados. Los biseles de las asas están minuciosamente pulidos mientras que las ornamentaciones aportadas a la corona y al gatillo se singularizan por la alternancia de superficies granalladas, pulidas y satinadas. Por último, la banda de la carrura y la parte superior de las asas presentan un delicado satinado horizontal.

En 2005, la Manufactura Jaeger-LeCoultre presentó el nuevo cronógrafo de arranque vertical. Ilustra la primera técnica intuitiva para proceder a la medición de los breves intervalos de tiempo. Antes de iniciar un evento, el usuario no necesita mantener el dedo sobre el pulsador para activar el cronógrafo sin atraso en el momento exacto de la partida de una carrera, pues un simple gesto sobre el cristal basta para hacer bascular la caja sobre su eje horizontal y empezar inmediatamente una nueva medición. Al igual que todos los inventos revolucionarios, este sistema ofrece una extraordinaria simplicidad de uso, de modo que los deportistas ansiosos de cronometrar la evolución de sus prestaciones se preguntan cómo pudieron vivir sin él. En efecto, una presión del cristal a la altura de las 12 horas pone en marcha o detiene el mecanismo del cronógrafo, mientras que la misma operación realizada sobre la extremidad inferior de la esfera pilota la vuelta a cero de las agujas del cronógrafo. Para evitar una manipulación errónea, un gatillo situado sobre el flanco de la caja sirve de palanca de mando: cuando se encuentra en la posición central, todas las funciones del cronógrafo quedan aseguradas según la descripción mencionada. Al contrario, la posición hacia arriba, bloquea el cronógrafo mientras que la posición inferior permite activar y desactivar el cronógrafo, pero desactiva la vuelta a cero.

Esta inmediatez intuitiva no está reservada a la mecánica relojera, también se ha adoptado en las visualizaciones. En la esfera negra esqueletada y los contadores del cronógrafo color gris antracita forman un perfecto contraste con las agujas y los números blancos. El siempre útil indicador de marcha ocupa la posición inferior de la esfera, sobre la ventanilla de la fecha situada a las 6 horas.

Una técnica a la altura del desafío

Sin embargo, la carrocería de este motor reservado a las más hermosas prestaciones también ha sido el objeto de cuidados especiales y la caja del AMVOX ha sido replanteada. De ahora en adelante luce asas monobloque que permiten una mejor integración del brazalete para ofrecer una óptima ergonomía. La corona también ha sido sometida a una evolución: igualmente integrada a la caja, ofrece la doble ventaja de una presión más cómoda y una manipulación más precisa. Por muy esenciales que sean, estas características no deben hacernos olvidar el avance capital obtenido por la sutil modificación de la forma de la caja con el fin de favorecer un mejor posicionamiento de la muñeca. Gracias a la adición de un nuevo elemento sobre el fondo de la caja, el brazalete conserva en todo momento una curva perfecta garantizando así el asiento ergonómico del reloj sobre el antebrazo. Una ventaja decisiva tanto en la ruta como en las otras situaciones de la vida cotidiana en las que cualquier incomodidad, por más mínima que sea, constituye un obstáculo en la toma de decisiones rápidas.

Tanto para Jaeger-LeCoultre como para Aston Martin, resulta imposible detenerse en tan buen camino. Si otros se declararían satisfechos del resultado alcanzado, el equipo de desarrollo del AMVOX7 Chronograph ha completado nuevamente este prodigioso abanico de innovaciones con un sistema que permite proceder, en un abrir y cerrar de ojos, al cambio de brazalete, según el humor y las necesidades del momento: un brazalete metálico que será el digno compañero de las hazañas y actividades al aire libre, mientras que su equivalente en piel destacará con su sobriedad la distinción de un reloj que se armoniza felizmente con las circunstancias más elegantes.

Todas estas cualidades requieren un motor cuyas características deben estar a la altura de todas las expectativas y de una muy apariencia única. En este ámbito, también los conocedores apreciarán el calibre mecánico de carga automática 756 de Jaeger-LeCoultre. Con su frecuencia de 28.800 alternancias por hora y su reserva de marcha de 65 horas, ofrece un impresionante palmarés en términos de robustez, fiabilidad y precisión. ¿Y qué más podíamos esperar de un mecanismo cuyas prestaciones técnicas serían comparadas con las del nuevo Vanquish de Aston Martin?

Una asociación que vive del impulso de ambas empresas. Aunque parece simple que una empresa relojera de prestigio se asocie con un constructor automovilístico de renombre, la fuerza unánimemente consagrada en la conclusión de un acuerdo como este se apaga rápidamente ante la ausencia de valores compartidos. La asociación entre Jaeger-LeCoultre y Aston Martin está más viva que nunca ahora que entra en su octavo año. Esta asociación ya ha dado vida a creaciones excepcionales que encarnan progresos importantes en el ámbito de la técnica. El secreto de este éxito que se inscribe en el tiempo descansa únicamente en una visión común, enriquecida por la pasión por la innovación.

Jaeger-LeCoultre AMVOX7 Chronograph Características técnicas

Movimiento:

mecánico de carga automática, Calibre Jaeger-LeCoultre 756, manufacturado, ensamblado y decorado a mano
28.800 alternancias por hora
65 horas de reserva de marcha
335 piezas
39 rubíes
7,39 mm de grosor

Funciones:

horas, minutos
fecha
cronógrafo de arranque vertical : contadores de las horas y minutos, segundero central
reserva de marcha radial
indicador de marcha a las 6 horas

Esfera:

negra esqueletizada
dígitos aplicados con SLN blanco/azul
contadores del cronógrafo gris antracita
rejilla: representa las rejillas de aireación de los automóviles Aston Martin Vanquish
logotipo Aston Martin sobre el realce
fecha a las 6h
Indicación del estado de la reserva de marcha sobre el realce

Agujas:

H/M: rodiadas con superluminova blanco, cepillado a lo largo
indicador de marcha a las 6 horas
2 puntos de referencia del contador H y M lacados en rojo
segundero crono lacado en rojo

Caja:

ø 44 mm, titanio Grado 5
grosor 15,64mm
sobre el fondo, logotipos Jaeger-LeCoultre y Aston Martin grabados en el fondo
cristal de zafiro box abombado
hermético hasta 50 metros
Brazaletes y hebilla:
brazalete intercambiable
piel de becerro negro
hebilla desplegable 20 mm Referencia: 194 T4 70

Los modelos AMVOX vistos en las muñecas

Creada por la Manufactura del Valle de Joux, la linea AMVOX ha llamado la atención, por su alta creación relojera, en esta última década, a fans del deporte del motor.

Imágenes:

El piloto Adrián Fernández con un reloj AMVOX 2 de Jaeger-LeCoultre, el piloto de Aston Martin Darren Turner con un reloj AMVOX 1 de Jaeger-LeCoultre, el presidente de Aston Martin David Richards con un reloj AMVOX 2 de Jaeger-LeCoultre, el tenista español Feliciano Lopéz con un AMVOX 5 de Jaeger-LeCoultre.