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Chopard ha regresado a Watches and Wonders 2025 con una reinterpretación elegante y refinada de uno de sus modelos más sofisticados dentro de la línea Alpine Eagle: el Alpine Eagle Flying Tourbillon, ahora presentado con una deslumbrante esfera en color azul Ródano. Este lanzamiento no se limita a un simple cambio cromático; es una declaración de estilo, precisión y saber hacer relojero.

Chopard Alpine Eagle Flying Tourbillon 298616-3003 Frontal

Inspirado en el St. Moritz de los años 80, el Alpine Eagle mantiene viva la esencia del reloj deportivo de lujo con brazalete integrado, pero lo hace con una madurez estética y técnica que lo coloca entre las referencias más destacadas del mercado actual. La inclusión de un tourbillon volante, que podría parecer disonante en un reloj deportivo, se revela aquí como un ejercicio de armonía: la complicación se integra con tal naturalidad que parece pensada desde el inicio para este diseño.

La caja de 41 mm, elaborada en Lucent Steel, una aleación exclusiva de Chopard con propiedades antialérgicas, gran resistencia y un brillo comparable al del acero quirúrgico, ofrece un perfil ultrafino de tan sólo 8 mm. Este grosor comedido no sólo potencia la elegancia en la muñeca, sino que también refleja la sofisticación técnica de su interior. A pesar de su delgadez, el reloj mantiene una resistencia al agua de hasta 100 metros, lo que refuerza su vocación deportiva.

El diseño frontal atrapa al instante. La esfera, realizada sobre una base de oro macizo, presenta el emblemático patrón de texturizado en espiral que evoca el iris del águila, grabado con una precisión impecable y teñido mediante tratamiento PVD en ese azul Ródano que transmite serenidad, profundidad y dinamismo. A nivel estético, este color es más claro y fresco que el azul Aletsch del modelo anterior, ofreciendo una alternativa menos severa y más luminosa, ideal tanto para la luz natural como para contextos más formales.

Los índices aplicados, al igual que las agujas de horas y minutos, están fabricados en oro blanco y recubiertos con Super-LumiNova grado X1, el más avanzado en luminiscencia, asegurando legibilidad incluso en condiciones de baja luz. Como toque distintivo, el pequeño segundero está integrado en la propia jaula del tourbillon, a las seis en punto, con una flecha luminosa que no sólo es funcional, sino que también dota de vida y movimiento constante al conjunto.

La vista lateral permite apreciar uno de los detalles más exquisitos: la corona firmada con la rosa de los vientos, perfectamente enrasada y protegida por los flancos de la caja, aportando equilibrio visual y ergonomía. El bisel, con su forma octogonal suavizada y ocho tornillos funcionales alineados con precisión, añade un carácter técnico y robusto sin renunciar a la elegancia.

Dándole vida se encuentra el calibre L.U.C 96.24-L, manufactura propia de Chopard, un movimiento de carga automática con microrrotor de oro de 22 quilates decorado con el logotipo de la marca, visible a través del cristal de zafiro en el fondo de caja. Esta obra maestra mecánica cuenta con 25 rubíes y tan sólo 3.3 mm de grosor, gracias a la arquitectura Twin, con doble barrilete apilado, que le permite ofrecer una sobresaliente reserva de marcha de 65 horas. Su frecuencia de 25.200 alternancias por hora garantiza una marcha precisa, avalada tanto por el certificado COSC como por el prestigioso sello Poinçon de Genève, grabado con orgullo en la platina.

El brazalete integrado merece una mención aparte. Compuesto en Lucent Steel como la caja, alterna eslabones cepillados con eslabones centrales pulidos en forma de lingote que reflejan la luz con sutil dinamismo. El cierre desplegable triple, discreto y perfectamente integrado, asegura tanto funcionalidad como estética continua a lo largo de toda la muñeca.

Este nuevo Chopard Alpine Eagle Flying Tourbillon con referencia 298616-3003 representa una obra de arte funcional que sabe conjugar lo mejor de dos mundos: la deportividad contemporánea y la alta relojería clásica. Es un reloj que habla de equilibrio, de buen gusto, de técnica y de sensibilidad estética. En un mercado donde muchos tourbillones buscan llamar la atención por exceso, este Chopard lo logra por la vía de la sofisticación contenida. El precio aún no ha sido confirmado, pero puedes seguir su disponibilidad

Jaime Civantos Capella