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El Tissot PRX, ahora con caja de 38 mm en titanio o acero de Damasco

El Tissot PRX, ahora con caja de 38 mm en titanio o acero de Damasco

La colección PRX de Tissot continúa evolucionando a un ritmo tan constante como sorprendente. Desde su relanzamiento en 2021, el PRX se ha convertido en una de las propuestas más reconocibles dentro del mundo del reloj deportivo con brazalete integrado —o correa perfectamente embutida, según la variante— y a la vez uno de los relojes suizos con mejor relación calidad-precio. A lo largo de estos años hemos visto aparecer modelos en acero clásico, versiones de 35 mm, cronógrafos, referencias con bisel de oro macizo, ediciones especiales en carbono forjado… pero faltaba un punto intermedio que equilibrase las dimensiones y recuperase la esencia del diseño original. Esa pieza perdida ya existe: el nuevo PRX Powermatic 80 de 38 mm. Y no llega sólo: lo hace estrechamente ligado a dos materiales poco habituales en esta gama, el titanio grado 2 y el acero de Damasco.

Una evolución natural para una colección que no deja de crecer

Cuando el PRX reapareció en 2021 con caja de 40 mm, esfera tipo gofre y brazalete integrado en acero, su éxito fue inmediato. No sólo ofrecía una estética que recordaba a los grandes iconos deportivos de los años 70, sino que lo hacía por un precio excepcional. Más adelante, la introducción del modelo de 35 mm amplió el abanico de usuarios pensando sobre todo en quienes buscaban un tamaño más compacto o directamente un reloj unisex. Sin embargo, para muchos entusiastas —y aquí coincido plenamente— ese 35 mm se quedaba algo corto en presencia. El PRX pedía un tamaño algo menor que 40 mm pero con más contundencia que 35 mm. Los 38 mm llegan, por tanto, como la medida natural, equilibrada y, muy probablemente, definitiva para este diseño.

El nuevo PRX de 38 mm mantiene la misma arquitectura: caja de forma tonneau, bisel circular plano ligeramente sobreelevado, corona a presión firmada y una altura de 11,3 mm que, aunque podría ser más contenida, es coherente con su hermeticidad de 100 metros, su fondo visto y su cristal de zafiro plano con tratamiento antirreflejos. La distancia entre asas anunciada por Tissot es de 43,2 mm sin incluir el primer eslabón fijo. Pero si añadimos dicho eslabón integrado —que en la práctica es parte visual del reloj— la medida real se sitúa en 49,2 mm. Y aun así, este PRX se siente más compacto y equilibrado que el modelo de 40 mm, algo que resulta evidente nada más ponerlo en la muñeca: se asienta mejor, ocupa el espacio justo y mantiene la contundencia visual que un reloj deportivo integrado necesita.

El PRX en acero de Damasco: una pieza tan singular como arriesgada

Tissot ha decidido estrenar el tamaño de 38 mm con una propuesta inesperada: el PRX Powermatic 80 de acero de Damasco. Y aquí la marca demuestra una valentía notable. Este material, más habitual en casas nicho como GoS, combina diferentes capas de acero forjadas en conjunto para crear patrones orgánicos y fluidos que nunca se repiten. Cada caja, cada bisel y cada esfera —sí, aquí incluso la esfera está realizada en acero de Damasco— presenta un dibujo único.

Estéticamente, es un reloj que entra por los ojos. La textura ondulante del material, que se repite en caja, bisel, cierre y eslabón final, se combina con una esfera igualmente damascada cuyo cepillado circular suaviza el efecto visual. Los índices aplicados y agujas en níquel negro con Super-LumiNova ayudan a aportar contraste, aunque en mi opinión —y coincido plenamente con lo que tú comentas— la legibilidad se resiente ligeramente respecto a la icónica esfera “waffle” del PRX. La esencia original desaparece en favor de un enfoque más decorativo. En muñeca conserva ese tono gris tan atractivo y se siente especial, pero también un punto recargado. Es una variante excelente como pieza de colección, muy bien ejecutada, aunque menos esencial como representación de la identidad del PRX.

La correa integrada de piel granulada negra, terminada con un eslabón final y hebilla también en acero de Damasco, aporta un tacto suave y un estilo más elegante, manteniendo el ADN del reloj integrado pero con mayor calidez y un marcado carácter de edición especial.

El PRX en titanio de 38 mm: ligereza, comodidad y un acierto absoluto

Y llegamos al que, para mí, es el lanzamiento más redondo de esta nueva hornada: el PRX Powermatic 80 de 38 mm en titanio grado 2. Como bien señalas, en algunos modelos prefieres el acero por coherencia estética, pero aquí el titanio encaja de forma natural: aporta ligereza (alrededor de un 35 % menos de peso respecto al acero), comodidad extrema y un tono ligeramente más oscuro que combina a la perfección con las líneas angulares del PRX. Además, el satinado del titanio que utiliza Tissot es fantástico: no demasiado oscuro, con un aspecto de calidad excepcional, y contrastado por los biselados pulidos que recorren la caja y el bisel.

El reloj mantiene todas las proporciones del PRX de 38 mm: misma caja tonneau, mismo bisel circular cepillado, misma corona a presión y el mismo fondo visto. Pero al ponerlo en la muñeca, el cambio de material transforma la experiencia: es sorprendentemente ligero sin transmitirse nunca como “hueco” o frágil, algo muy bien conseguido para un reloj deportivo con brazalete integrado. Su brazalete de titanio, también cepillado con eslabones articulados y cierre desplegable, tiene sistema de liberación rápida, aunque sin microajuste. Aun así, la comodidad es sobresaliente.

En cuanto a la esfera, Tissot conserva aquí la identidad absoluta del PRX: el clásico patrón de gofre tridimensional. Está disponible en gris con agujas e índices aplicados en tono dorado —una combinación cálida que me parece elegante, monocromática y muy bien equilibrada— o en azul con marcadores plateados, un tono que ya es un clásico dentro de la colección y que nunca falla. Ambas opciones cuentan con Super-LumiNova en agujas e índices, además de una ventana de fecha enmarcada que completa el conjunto sin romper el equilibrio del diseño.

Personalmente, creo que estos dos modelos de titanio representan lo mejor del PRX: mantienen la esencia original del diseño, la esfera más icónica, los contrastes de acabados bien ejecutados y, además, suman la ligereza y el confort del titanio. Un acierto pleno.

El movimiento Powermatic 80: eficacia probada

En el interior de todas estas versiones —tanto titanio como acero de Damasco— se encuentra el movimiento automático Powermatic 80 (ETA C07.11), el mismo que ha convertido a la línea PRX en un referente de calidad en su segmento. Su arquitectura deriva del histórico ETA 2824-2, pero se ha revisado la cadena cinética para aumentar la reserva de marcha hasta unas generosas 80 horas, reduciendo la frecuencia a 21.600 alternancias/hora. El volante incorpora una espiral antimagnética Nivachron que mejora su estabilidad frente a los campos magnéticos del día a día. El movimiento es visible a través del fondo transparente, y aunque es cierto que un rotor en acero de Damasco habría sido un toque espectacular, el acabado estándar sigue siendo muy correcto para este rango de precios.

Opinión final, referencias y precios

La colección PRX se ha consolidado como una de las más completas y exitosas del mercado gracias a su diseño honesto, su estética coherente y su excelente relación calidad-precio. La introducción del tamaño de 38 mm supone el equilibrio que faltaba: portátil, proporcionado y visualmente perfecto para la mayoría de muñecas. Y hacerlo debutar en titanio y en acero de Damasco demuestra que Tissot no teme explorar materiales poco habituales en su segmento sin perder la esencia de la colección.

Las versiones en titanio, con sus esferas gris y azul, son —en mi opinión— las más redondas y equilibradas: ligeras, versátiles y fieles al diseño original del PRX. Las referencias son:

  • T137.807.44.061.00 (titanio, esfera gris)

  • T137.807.44.041.00 (titanio, esfera azul)

Ambas tienen un precio muy competitivo de 875 €.

La variante en acero de Damasco, referencia T137.807.96.081.00, es una propuesta más artística y singular. Su apariencia llamativa y el carácter único de cada pieza justifican su precio de 1.075 €, aunque es cierto que su esfera sacrifica parte de la legibilidad y del ADN icónico del PRX en favor de la estética del material. Aun así, es una adición que enriquece la colección con una opción diferente y muy exclusiva.

Todos los modelos están disponibles de forma inmediata y sin límite de unidades.

Tissot vuelve a demostrar que sabe escuchar al mercado y, al mismo tiempo, sorprender. El PRX de 38 mm podría convertirse, fácilmente, en la medida definitiva de la colección. Y en titanio, directamente, en uno de los mejores relojes deportivos integrados dentro de su rango de precio. Puedes echar un vistazo aquí a los PRX Powermatic 80 en 40mm introducidos en 2021.