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El regreso elegante de un clásico en clave contemporánea

Cartier Tank Louis Cartier Automatic WGTA0357

El Tank Louis Cartier vuelve a ocupar un lugar destacado en la escena relojera con motivo de Watches and Wonders 2025, reafirmando su condición de icono con una revisión sutil pero significativa: su paso definitivo al movimiento automático y una reinterpretación de sus proporciones clásicas. Fiel a su herencia estética, pero con la vista puesta en las exigencias del coleccionista actual, Cartier nos presenta una pieza que respira equilibrio, refinamiento y coherencia.

El lenguaje del diseño: proporción, textura y nobleza

El nuevo Tank Louis Cartier automático se ofrece en dos variantes de oro de 18 quilates: rosa (referencia WGTA0346) y amarillo (WGTA0357), ambas con una caja rectangular de 38,1 mm de alto por 25 mm de ancho (aproximadamente) y tan sólo 8,18 mm de grosor. Las proporciones han sido revisadas para ofrecer una presencia más contemporánea en la muñeca sin traicionar su espíritu original. Esta combinación de delgadez y altura comedida da lugar a un reloj que se siente sutil, pero con carácter.

Las brancards, esos elementos verticales tan distintivos del Tank, lucen un acabado pulido que capta la luz con discreta elegancia, mientras que el resto de la caja y el bisel contrastan con un refinado cepillado mate, que refuerza el aspecto sobrio y sofisticado del conjunto. La corona en forma de cuenta, rematada con un cabujón de zafiro azul, es un guiño clásico que sigue teniendo tanto de adorno como de identidad visual, y aporta un pequeño toque de color que se agradece dentro del conjunto monocromático.

Una esfera decorada con profundidad visual

En la esfera reside buena parte de la personalidad del nuevo Tank Louis Cartier. Su base flinqué grabada en relieve con un motivo de rayos que se irradian desde el centro genera un interesante juego de texturas cuando incide la luz. Este detalle no sólo enriquece el diseño, sino que subraya la sensación de tridimensionalidad sin perder la sobriedad que define a Cartier.

Los números romanos negros pintados, perfectamente proporcionados y enmarcados por la clásica minutería tipo ferrocarril, forman una composición armónica que resulta muy legible y elegante. Las manecillas, en acero azulado y de tipo espada, refuerzan esa estética tradicional pero impoluta que uno espera de una pieza de esta categoría. No hay ventana de fecha, algo que personalmente celebro: el minimalismo se agradece cuando se trata de preservar la pureza del diseño.

En cuanto al cristal, Cartier opta por un cristal mineral en lugar de zafiro. Esta elección puede sorprender teniendo en cuenta el precio y la gama en la que nos movemos, aunque cabe señalar que no compromete la estética del reloj. Eso sí, en términos de resistencia a los arañazos, el cristal mineral siempre será más vulnerable, un punto a tener en cuenta por los más exigentes.

Movimiento automático de manufactura: una evolución necesaria

El gran cambio técnico de esta nueva iteración está en su corazón mecánico. Por primera vez, el Tank Louis Cartier incorpora un movimiento automático: el calibre 1899 MC, un mecanismo de manufactura que Cartier diseñó originalmente para el Tank Américaine. Es un calibre delgado (9 mm de diámetro por 3,63 mm de grosor), perfectamente adaptado a las proporciones del reloj, con una frecuencia de 28.800 alternancias por hora y una reserva de marcha de 40 horas. Sólo ofrece indicación de horas y minutos, en línea con la filosofía minimalista del modelo.

Este paso al automático moderniza el Tank Louis Cartier sin alterar su esencia. El usuario gana en comodidad (adiós al ritual diario de dar cuerda) sin perder el vínculo emocional con la mecánica tradicional. Se trata de una actualización inteligente, que respeta la historia y la estética de la línea Tank al tiempo que introduce una mejora funcional relevante.

Correas, acabados y referencias

La coherencia entre los materiales y el diseño se mantiene también en las correas. El modelo de oro rosa se presenta con una correa de aligátor marrón semimate, mientras que el de oro amarillo luce una correa gris semimate, ambas con hebillas de oro a juego. La elección del color de la piel es sobria, sofisticada, y refuerza la estética clásica de cada versión sin distraer la atención de la caja y la esfera.

Conclusión y valoración

Este nuevo Tank Louis Cartier automático representa una actualización respetuosa y bien ejecutada de uno de los diseños más icónicos de la relojería. Cartier ha sabido mantener el equilibrio entre tradición y evolución técnica, sin caer en el exceso ni comprometer su inconfundible estilo. Es un reloj que transmite elegancia sin ostentación, y que se disfruta tanto por fuera como por dentro.

La decisión de mantener el cristal mineral en una pieza de este rango puede suscitar debate, pero en términos globales, estamos ante un reloj de gran coherencia estética, proporciones acertadas, detalles de ejecución impecable y una mecánica moderna que amplía su atractivo. No busca reinventar nada, y precisamente por eso, triunfa: porque sabe quién es.

Referencias y precio

  • WGTA0346 (oro rosa con correa marrón)

  • WGTA0357 (oro amarillo con correa gris)

El precio estimado se sitúa en torno a los 12.000 euros, aunque Cartier aún no ha publicado oficialmente la cifra final en su página web.

Jaime Civantos Capella