
El regreso del oscilador TAG Heuer TH-Carbonspring, nuevos modelos Monaco y Carrera
TAG Heuer vuelve a dar un golpe sobre la mesa en la alta relojería con la llegada del TH-Carbonspring, un oscilador que marca el inicio de una nueva era en investigación aplicada a los espirales. No hablamos sólo de una innovación técnica: el paso que da la marca suiza con este desarrollo propio supone independizarse de las limitaciones de materiales como el silicio y de las patentes de terceros, consolidando así un terreno propio donde precisión, resistencia y fiabilidad se convierten en pilares fundamentales.
La revolución del TH-Carbonspring
Desde que Huygens unió volante y espiral en 1675, la historia de la relojería se ha visto condicionada por el material de esa diminuta pieza. El acero dominó durante siglos, pero sufrió siempre la debilidad ante el magnetismo y la temperatura. El siglo XX trajo aleaciones como Elinvar o Nivarox, más estables, mientras que el silicio en los años 90 abrió nuevas posibilidades gracias a su ligereza y propiedades antimagnéticas, aunque con la contrapartida de su fragilidad y la dependencia de proveedores externos.
El TH-Carbonspring resuelve estas limitaciones. Creado íntegramente en las instalaciones de TAG Heuer mediante un complejo proceso de deposición química en fase de vapor (CVD), consiste en un crecimiento controlado de nanotubos de carbono infiltrados con carbono amorfo, dando lugar a una estructura homogénea, ultraligera y extremadamente resistente. Una de las genialidades de este desarrollo es que la pinza —la pieza que une el espiral al eje del volante— nace directamente durante el proceso de crecimiento, evitando ensamblajes frágiles. Todo ello protegido por cuatro patentes y validado tras años de pruebas, desde el Carrera Heuer 02T Nanograph en 2019 hasta el Carbon Monaco Only Watch en 2021.
El resultado es un espiral amagnetico, resistente a impactos de hasta 5000 g y más ligero incluso que el silicio, lo que mejora el isocronismo y la estabilidad en distintas posiciones. En definitiva, una pieza clave para lograr una precisión cronométrica robusta y duradera, ahora aplicada en serie a dos relojes icónicos: el Monaco Flyback Chronograph y el Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport.
TAG Heuer Monaco Flyback Chronograph TH-Carbonspring
El Monaco es un icono desde 1969 y, en esta nueva versión, se presenta en clave futurista. La caja de 39 mm mantiene la geometría cuadrada que lo convirtió en leyenda, pero ahora realizada en carbono forjado, con un grosor contenido de 14,1 mm que equilibra presencia y comodidad. El material aporta una estética mineral, con vetas oscuras que cambian según la luz, y a la vez aligera el conjunto. La corona anillada en carbono a las 3 h y los pulsadores rectangulares completan una silueta marcada por la agresividad deportiva.
La esfera es, sin duda, uno de los grandes atractivos: fabricada también en carbono forjado, luce un grabado en espiral concéntrica que remite directamente al corazón del reloj, el nuevo TH-Carbonspring. En ella se distribuyen tres subesferas: a las 3 h, un contador de 30 minutos; a las 9 h, el de 12 horas; y a las 6 h, un discreto segundero pequeño con aguja negra casi invisible, un detalle de diseño minimalista que potencia el protagonismo de la función cronográfica. Los índices de carbono aplicados y las agujas están tratados con Super-LumiNova blanca, logrando una legibilidad impecable incluso en condiciones de poca luz. El segundero central lacado en blanco añade dinamismo al conjunto.
El motor es el Calibre TH20-60, un cronógrafo flyback automático certificado por el COSC, que late a 28.800 alternancias por hora y ofrece 80 horas de reserva de marcha, una cifra excelente para un reloj de este tipo. Todo puede admirarse a través del fondo cuadrado de zafiro, que deja ver la masa oscilante esqueletizada y los acabados técnicos de un calibre de última generación. El reloj se completa con una correa de caucho negra con relieve textil y un cierre desplegable de titanio DLC, que refuerza la personalidad contemporánea del modelo.
Mi impresión es que este Monaco es una auténtica declaración estética y técnica. La combinación de tradición —en su silueta cuadrada— con la textura moderna del carbono y el minimalismo de la esfera lo hacen irresistible para quien busca un cronógrafo distinto. Es un reloj atrevido, pero no recargado; sofisticado en su mecánica, pero fácil de leer y disfrutar en la muñeca.
Se trata de una edición limitada a 50 piezas, con referencia CBL5190.FT6313 y un precio de 17.700 euros. Su lanzamiento está previsto para diciembre de 2025.
TAG Heuer Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport TH-Carbonspring
Si el Monaco apela a la iconografía histórica, el nuevo Carrera va un paso más allá y se adentra en la relojería de alto voltaje. Con una caja de 44 mm en carbono forjado y un imponente bisel taquimétrico del mismo material, este reloj transmite fuerza y deportividad extrema. Los 15,4 mm de grosor se compensan con el dinamismo de las asas y la ligereza del carbono, haciendo que, pese a su tamaño, resulte cómodo en la muñeca.
La esfera vuelve a jugar con el grabado en espiral, una firma estética de esta nueva generación, aunque aquí convive con elementos más complejos: dos subesferas opalinas negras a las 3 y 9 h, y un tourbillon volante a las 6 h enmarcado en un anillo de oro negro, que se deja ver en toda su gloria mecánica. Los índices rodiados aplicados y las agujas facetadas, también tratadas con Super-LumiNova, ofrecen un contraste perfecto contra el fondo de carbono. El cristal de zafiro abombado completa la experiencia visual, sin distorsiones.
El calibre es el TH20-61, cronógrafo de rueda de pilares certificado por el COSC, con el oscilador TH-Carbonspring integrado en el tourbillon. Su reserva de marcha alcanza las 65 horas, una cifra notable teniendo en cuenta la energía que demanda esta complicación. El fondo de titanio DLC con ventana de zafiro muestra una arquitectura cuidada y moderna, con el rotor personalizado de TAG Heuer y decoraciones técnicas.
La correa de caucho negra aporta deportividad, mientras que el cierre desplegable de titanio DLC asegura resistencia y ergonomía. A nivel estético, el conjunto es poderoso: el contraste entre el material de vanguardia, el tourbillon abierto y los detalles técnicos convierten a este Carrera en un reloj que no pasa desapercibido. Es un modelo que inspira respeto, pensado para quien quiere un cronógrafo de alto rendimiento con una complicación majestuosa como el tourbillon, pero en clave decididamente deportiva.
Se trata de otra edición limitada a 50 piezas, con referencia CBU5091.FT6305 y un precio de 41.500 euros, disponible a principios de 2026 en boutiques seleccionadas.
Conclusión
TAG Heuer ha conseguido con el TH-Carbonspring no sólo un avance técnico notable, sino también un argumento diferenciador frente a otras manufacturas. El Monaco Flyback Chronograph ofrece un equilibrio perfecto entre icono histórico y modernidad técnica, mientras que el Carrera Chronograph Tourbillon Extreme Sport eleva la apuesta con un diseño radical y un tourbillon en clave deportiva. Ambos relojes, en ediciones limitadas de 50 piezas cada uno, confirman que la firma de La Chaux-de-Fonds sigue siendo capaz de innovar y emocionar al mismo tiempo.
En mi opinión, estamos ante una colección destinada a convertirse en referencia para coleccionistas y amantes de la relojería contemporánea.