Girard-Perregaux ha vuelto a sorprendernos con una actualización de su icónico Tourbillon con tres puentes volantes, modelo 99296-52-3434-5CC. Esta pieza, que rinde homenaje a un famoso reloj de bolsillo de 1889, sigue destacando por su impresionante diseño, pero ahora con pequeños retoques que lo hacen aún más atractivo
A primera vista, el Tourbillon con tres puentes volantes puede parecer similar a sus versiones anteriores, pero al examinarlo más de cerca, se revelan los refinados cambios que mejoran tanto la estética como la funcionalidad. La caja, elaborada en oro rosa de 18 quilates, ha sido rediseñada con asas más cortas y un perfil más redondeado, lo que le otorga un aspecto más elegante y cómodo en la muñeca. La nueva corona, también de oro rosa, presenta una forma más grande y ergonómica, mejorando notablemente el agarre.
Uno de los elementos más llamativos de este reloj son sus cristales de zafiro curvados, que ahora muestran una curva más pronunciada y simétrica. Estos cristales no sólo mejoran la visibilidad del espectacular movimiento interno, sino que también aportan una sensación de profundidad, como si los componentes flotaran dentro de la caja. Esta ilusión de flotación es un testimonio del dominio técnico de Girard-Perregaux.
El diseño de la esfera también ha recibido mejoras sutiles pero significativas. El realce interior con marcadores de oro rosa, junto con un nuevo marcador doble a las 12 en punto, refuerza la legibilidad. Las agujas, ahora rediseñadas con un acabado satinado, están rellenas de Super-LumiNova azul, lo que garantiza que el reloj sea legible incluso en condiciones de poca luz. Además, los puentes de titanio con tratamiento PVD negro no sólo cumplen una función estructural, sino que también aportan un contraste visual impresionante que resalta la complejidad del mecanismo.
En el corazón de esta obra maestra se encuentra el calibre GP09400-1273, un movimiento de manufactura propia que sigue siendo uno de los aspectos más impresionantes de este reloj. Consta de 260 componentes, incluyendo 27 rubíes, y late a una frecuencia de 21.600 alternancias por hora, lo que equivale a 3 Hz. Este movimiento no sólo es técnicamente avanzado, sino que también es un placer para la vista, con su construcción completamente esqueletizada que deja al descubierto el tourbillon y otros elementos clave del mecanismo. Además, el microrrotor de oro blanco, situado debajo del barrilete y también suspendido entre los puentes, permite que el reloj se dé cuerda de manera automática, ofreciendo una reserva de marcha de 60 horas.
Otro aspecto que destaca en esta nueva versión es la correa de caucho negra con efecto textil, que refuerza la modernidad del diseño sin sacrificar la elegancia. Para aquellos que prefieren un toque más clásico, el reloj incluye una correa adicional de piel de aligátor negra con efecto dorado, ambas con una hebilla triple desplegable a juego con el material de la caja.
En definitiva, Girard-Perregaux ha logrado actualizar su Tourbillon con tres puentes volantes de manera magistral, incorporando mejoras que, aunque sutiles, elevan la experiencia general de uso y aprecio. Con la referencia 99296-52-3434-5CC y un precio de 180.000 euros, este reloj no es sólo un testimonio de la alta relojería suiza, sino también una obra de arte que cualquier coleccionista estaría orgulloso de poseer.
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