Con motivo de San Valentín, Blancpain reinventa su modelo Villeret Women Quantième Phases de Lune, conjugando de manera exquisita los atributos que caracterizan a la colección con los símbolos universales del amor. Nacida de una tradición que la marca inició en 2001, esta 19a edición limitada del Día de los Enamorados se compone de 99 ejemplares.
Este año, Blancpain vuelve a unir fuerzas con Cupido y a consagrar su savoir-faire al amor. La Casa ha diseñado una refinada decoración para su calendario con fases de la luna, una de las complicaciones más poéticas de los modelos para mujer de su colección Villeret. La pieza especial «San Valentín 2019», se engalana con una esfera de nácar blanco natural, cuyos reflejos irisados y matices algodonosos evocan un paisaje celestial. A modo de indicadores, ocho diamantes de talla brillante han sido cuidadosamente engastados y fijados en el nácar, cuya extrema fragilidad no da pie a margen de error alguno. El disco horario se completa con apliques de oro rojo que simbolizan los números 3, 6, 9 y 12. Lo recorren unas finas agujas en forma de hojas de salvia caladas que hacen juego con el conjunto. Un segundero con la forma de la flecha de Cupido marca los segundos mientras que una cuarta aguja, rematada por un corazón rojo lacado, señala la fecha. Las fases de la luna se sitúan a las 6 h., en una ventanilla con bordes redondeados y rodeada de una cenefa dorada. Típica de los relojes femeninos de Blancpain, la luna presenta un rostro alegre con su característico lunar sobre la comisura de su sonrisa, un elemento embellecedor al que las damas de las cortes europeas del siglo XVIII solían recurrir.
El corazón que marca el latido de este reloj especial «San Valentín 2019» –el movimiento 913QL.P– se aloja en una caja de oro rojo de 33 mm, engastada con 64 diamantes de talla brillante sobre el bisel y las asas. Ha sido diseñado para satisfacer las expectativas de las mujeres más exigentes en materia de alta relojería. Dotado de un espiral de silicio y de una reserva de marcha de 40 horas, este movimiento automático posee unos puentes planos que permiten obtener una abertura de fondo más grande e integran una masa oscilante alargada. Ésta, confeccionada en oro rojo, presenta grabados decorativos con los símbolos del amor.
Los 99 ejemplares de esta edición limitada están numerados y grabados, y se presentan con dos correas intercambiables de aligátor. Sus afortunadas propietarias podrán así alternar entre un vistoso rojo y el blanco más puro con sólo presionar las barritas dotadas de espigón en su parte posterior.
Este año, Blancpain reinterpreta su tourbillon volante, el primero de su clase en integrar un reloj de pulsera cuando se estrenó en 1989. Con motivo de Baselworld 2018, la Fábrica lo equipa con nuevas complicaciones, con una hora saltante y un minuto retrógrado incluidos en el modelo Villeret Tourbillon Volant Heure Sautante Minute Rétrograde. Además de la excelente construcción del tourbillon, que parece flotar en el aire, esta novedad se caracteriza por su movimiento completamente decorado con guilloché y una esfera de esmalte grand feu hecha a mano en los talleres de Blancpain.
El tourbillon volante de Blancpain, totalmente fabricado in-house como todos los movimientos de la marca, es un imprescindible de la relojería tradicional desde hace casi treinta años. Su peculiaridad radica en su construcción atípica, ya que se quitó el puente superior con el fin de ofrecer una vista inigualable de los principales componentes del tourbillon. Con el nuevo modelo Villeret Tourbillon Volant Heure Sautante Minute Rétrograde, Blancpain va más allá y sustituye el puente inferior por un disco de zafiro transparente. La jaula del tourbillon, su volante y su escape dan la impresión de flotar en el aire por encima de la rueda fija que está ligada al disco de zafiro.
Hasta ahora, Blancpain no había dotado a ninguno de sus relojes con una hora saltante o un minuto retrógrado. La combinación de estas dos complicaciones en esta pieza con tourbillon es, sin duda, una gran primicia. Blancpain ha elegido reagruparlos en la esfera y colocar la ventanilla de las horas sobre el contador de los minutos retrógrados. En los talleres de oficios artísticos del Brassus, la Fábrica ha puesto todo su savoir-faire técnico al servicio de la estética para fabricar una esfera de esmalte grand feu, según el método tradicional del champlevé: los artesanos empiezan por esculpir la base de oro de la esfera tallando la materia; a continuación, se aplican varias capas de esmalte con un pincel en estos sectores y se cuece en un horno a casi 800 grados. Se da el toque final a la esfera con realces de oro diamantado alrededor de la jaula del tourbillon y de la ventanilla de las horas. Finalmente, se integra el contador de minutos en la esfera confiriendo, así, profundidad a la pieza.
El movimiento también hace gala de esta atención a los detalles, con sus puentes adornados con decoración guilloché completamente realizada a mano. Gracias al cristal de zafiro, el portador también podrá admirar la famosa rueda llanta de Blancpain colocada sobre el rochete y consultar la reserva de marcha del reloj, la cual se indica mediante un disco también con decoración guilloché.
El nuevo modelo Villeret Tourbillon Volant Heure Sautante Minute Rétrograde está disponible en una caja de oro rojo de 42 mm con un bisel double pomme, pudiéndose elegir entre pulsera de piel de aligátor o de metal con hebilla desplegable. Disponible también en una edición limitada y numerada de 20 ejemplares en platino.
Los maestros relojeros de Blancpain han vuelto a poner a prueba los límites de la ultra delgadez, en una colección en la que han remodelado las dimensiones y el diseño de este tipo de piezas de la colección Villeret, para adaptarlo a la muñeca femenina.
Villeret, localidad suiza donde la familia Blancpain se estableció en 1636, ha sido el nombre elegido por la firma de relojería más antigua del mundo, para crear uno de los relojes más innovadores y elegantes de los últimos tiempos, que también tiene su versión femenina, y que ahora presenta nuevo calibre.
Una nueva proeza en la que se rescatan los fundamentos de la relojería, redefiniendo las dimensiones de su diseño ultraplano, como se puede ver en cada uno de los detalles del nuevo Blancpain Villeret Woman, donde merecen especial atención su caja de oro blanco de 18 quilates con un hilera de diamantes, sus asas engastadas en diamantes, su esfera también de oro blanco de 18 quilates con diamantes, y la longitud y elegancia de sus agujas -en forma de hoja-.
Para dotarlo de un aspecto atractivo y delicado, su pulsera es de avestruz en color blanco, que ayuda a realzar el brillo de la esfera, contenida en una caja de 29,20 mm de diámetro y un espesor de 9,20 mm, medidas que consiguen que esta pieza excepcional de Alta Relojería, haga honor a su definición de ultraplano, equipada con el calibre 913, que posee una reserva de marcha de 40 horas.
Siguiendo el impulso de la reinterpretación de la colección Villeret iniciado en 2010, Blancpain presenta este otoño un nuevo modelo con calendario completo 8 días y fases de la luna, que mantiene la pureza estilística y el respeto de las tradiciones de la colección.
Este modelo de la colección Villeret, dotado con el calibre automático 6639, y cuyo confort de uso está asegurado por la protección de los mecanismos del calendario completo y de las fases de la luna, tiene además una reserva de marcha de 192 horas, tres barriletes, y un balancín de titanio con tornillos de ajuste de oro.
Una pieza con un perfil depurado de la caja y claridad de la esfera, que son rasgos característicos que confieren identidad a la colección Villeret. La aguja serpentina de acero azulado para la indicación del calendario, es una referencia simbólica de las raíces de la relojería, que empleaba tradicionalmente este tipo de aguja para diferenciar las informaciones complementarias. El fondo transparente de cristal de zafiro invita a descubrir la calidad de los acabados del movimiento y su masa oscilante guilloché.
Este nuevo miembro de la familia Villeret de 42 mm de diámetro, con segundero pequeño, está disponible en oro rojo de 18 quilates, con esfera esmalte grand feu blanca abombada y correa de piel marrón, pero también con brazalete de malla milanesa de oro rojo de 18 quilates y hebilla desplegable.
Por primera vez en la colección Villeret, Blancpain ofrece un reloj dotado de una gran fecha. Esta complicación elegante y útil permite una óptima legibilidad de esta función, gracias a su visualización a través de dos amplias ventanillas.
Cuando los relojeros de la Manufactura de Le Brassus concibieron el calibre 6950, ellos tenían como objetivos: facilitar la lectura de la fecha gracias a una visualización más amplia con cambio instantáneo a medianoche y limitar el grosor del movimiento. Así, dieron vida a un movimiento automático provisto de dos barriletes y de un ingenioso mecanismo de fecha grande dotado de una protección contra los golpes. También posee un volante de inercia variable con espiral de silicio y tornillos de regulación de oro. Es justamente este calibre, que ya hoy ha realizado todas sus pruebas, el que equipa este nuevo modelo.
Esta pieza se engloba a la perfección en la colección más clásica de Blancpain. En ella se manifiestan los valores auténticos de la relojería tradicional, reflejados en la pureza de sus líneas y en la estética sobria que caracteriza al conjunto de los relojes Villeret. Todo se conjuga para hacer que este nuevo modelo sea absolutamente intemporal, desde la caja doble pomme de oro rojo de 40 mm hasta la claridad de la esfera opalina, sin olvidar la vuelta de horas que destaca los nobles números romanos aplicados, la gran fecha a las 6h, el fondo de cristal de zafiro que desvela la masa decorada con un motivo nido de abeja y el brazalete de piel de aligátor color chocolate.
Por primera vez en la colección Villeret, Blancpain ofrece un reloj dotado de una gran fecha. Esta complicación elegante y útil permite una óptima legibilidad de esta función, gracias a su visualización a través de dos amplias ventanillas.
Cuando los relojeros de la Manufactura de Le Brassus concibieron el calibre 6950, ellos tenían como objetivos: facilitar la lectura de la fecha gracias a una visualización más amplia con cambio instantáneo a medianoche y limitar el grosor del movimiento. Así, dieron vida a un movimiento automático provisto de dos barriletes y de un ingenioso mecanismo de fecha grande dotado de una protección contra los golpes. También posee un volante de inercia variable con espiral de silicio y tornillos de regulación de oro. Es justamente este calibre, que ya hoy ha realizado todas sus pruebas, el que equipa este nuevo modelo.
Esta pieza se engloba a la perfección en la colección más clásica de Blancpain. En ella se manifiestan los valores auténticos de la relojería tradicional, reflejados en la pureza de sus líneas y en la estética sobria que caracteriza al conjunto de los relojes Villeret. Todo se conjuga para hacer que este nuevo modelo sea absolutamente intemporal, desde la caja doble pomme de oro rojo de 40 mm hasta la claridad de la esfera opalina, sin olvidar la vuelta de horas que destaca los nobles números romanos aplicados, la gran fecha a las 6h, el fondo de cristal de zafiro que desvela la masa decorada con un motivo nido de abeja y el brazalete de piel de aligátor color chocolate.
Este reloj de la colección Villeret se equipa este año con un nuevo movimiento de carga automática que palpita con una frecuencia de 36.000 alternancias/hora (5 Hz) y que está provisto de un cronógrafo flyback. Además, por primera vez indica una función pulsímetro, que permite conocer con una simple mirada su ritmo cardíaco.
Este nuevo modelo de la colección Villeret integra un novedoso calibre de manufactura de 13 líneas perfectamente adaptado al tamaño de la caja. Este inédito movimiento, cuyo corazón palpita con una frecuencia de 36.000 alternancias/hora, una primicia en Blancpain, comprende 322 componentes incluyendo una espiral de silicio. Está dotado de un embrague vertical, así como de un mecanismo de cronógrafo con rueda de pilares. También dispone de una función flyback, que permite la vuelta a cero y el arranque instantáneo con una simple presión sobre el pulsador situado a las 4 horas, dispositivo que resulta muy útil cuando se necesita efectuar la medición de lapsos de tiempo sucesivos.
Este año, por primera vez, Blancpain reúne todas estas funciones con un pulsímetro. Antes era necesario esperar sesenta segundos para tomar el pulso, al tiempo que se contaba el número de pulsaciones con precisión. El pulsímetro fue concebido para permitir que los médicos y enfermeras tomen el pulso de sus pacientes con mayor rapidez. En efecto, la aguja del cronógrafo está asociada a una escala con graduaciones particulares que permiten, después de tan sólo treinta pulsaciones, indicar directamente, y sin efectuar ningún cálculo, la frecuencia de las pulsaciones cardíacas del paciente sobre la esfera. Por consiguiente, basta con poner en marcha el cronógrafo, contar treinta pulsaciones y parar el cronometraje para que la aguja indique sobre la graduación pulsímetro el número de pulsaciones por minuto.
Fiel a la estética clásica de la colección Villeret, este nuevo modelo presenta una esfera en esmalte grand feu abombada blanca. La escala pulsimétrica rodea los índices romanos pintados en esmalte. En el centro destacan con suma elegancia los contadores de 30 minutos y de 12 horas del cronógrafo, así como la fecha por ventanilla a las seis horas. El fondo de cristal de zafiro permite entrever el recién nacido de los calibres Blancpain, cuya masa está decorada con un motivo nido de abeja. Para perfeccionar este conjunto, la caja de oro rojo de 43,6 mm de diámetro luce una distinguida pulsera de piel de aligátor marrón.
Siguiendo el impulso de la reinterpretación de la colección Villeret iniciado en 2010, Blancpain presenta un cronógrafo monopulsador con calendario completo y fases de la luna. Además del desafío técnico, esta unión inédita exigió una atención particular para preservar la claridad de lectura de la esfera y la pureza estilística de esta pieza, en el mayor respeto de las tradiciones de la colección.
Este modelo de la colección Villeret está dotado con el calibre 66CM8, que fue concebido en torno a dos principios: ofrecer un máximo confort de uso y preservar la sobriedad estética del reloj como su esencia.
El confort de uso está asegurado por la protección de los mecanismos del calendario completo y de las fases de la luna. Estas complicaciones descansan sobre el engranaje de rodajes complejos y delicados, ideados para evitar el daño del movimiento. El ajuste de las indicaciones se efectúa mediante los correctores bajo asas, una innovación patentada por Blancpain que permite una corrección rápida sin herramienta de corrección.
Estas decisiones técnicas, así como la solución tradicional de un pulsador único que controla el cronógrafo, garantizan el perfil depurado de la caja y la claridad de la esfera, rasgos característicos que confieren su identidad a la colección Villeret. La aguja serpentina de acero azulado para la indicación del calendario es una referencia simbólica de las raíces de la relojería, que empleaba tradicionalmente este tipo de aguja para diferenciar las informaciones complementarias. El fondo transparente de cristal de zafiro invita a descubrir la calidad de los acabados del movimiento y su masa oscilante guilloché.
Este miembro de la familia Villeret de 40 mm de diámetro, está disponible en versiones de oro rosa y esfera opalina acuñada, y de acero con esfera blanca, ambas con pulsera de piel de aligátor forrada con alzavel, dotada de una hebilla desplegable.
La capacidad de Blancpain de desarrollar y producir sus propios movimientos le confiere una total libertad de creación. Gracias a este inagotable saber hacer y a su tradición de innovación, la Manufactura de Le Brassus ha dado vida a un nuevo calibre, dotado de un calendario perpetuo, una gran fase de la Luna, un segundero pequeño y una reserva de marcha de 8 días.
El nuevo calibre automático 5939A está compuesto por 379 piezas, dispuestas minuciosamente en un reducido espacio de 7,25 milímetros de grosor y 32 milímetros de diámetro. Este movimiento toma en cuenta los meses de distinta duración y los años bisiestos, característicos del complejo calendario gregoriano, y no necesitará ningún tipo de ajuste hasta el año 2100, año que excepcionalmente no será bisiesto. También ofrece un segundero pequeño y una gran fase de la Luna a las 6 h. Gracias a un sistema de seguridad concebido en la misma Manufactura, el propietario de este reloj podrá manipular las indicaciones del día, la fecha, el mes y las fases de la Luna en cualquier momento del día sin correr el riesgo de dañar el movimiento.
La caja de 42 milímetros de diámetro está equipada con correctores bajo asas patentados por Blancpain. Estos cuatro correctores invisibles permiten apreciar las líneas puras de la caja, provista del bisel double pomme. Discretos y prácticos a la vez, permiten ajustar con facilidad los calendarios y las fases de la Luna sin necesitar una herramienta específica. El amplio fondo de cristal de zafiro en el dorso del reloj desvela los acabados esmerados del movimiento y su masa oscilante, ornamentada con una decoración nido de abeja.
En absoluto respeto por los códigos estéticos de la marca, la esfera blanca es de esmalte Gran Fuego, una técnica de decoración delicada que necesita ser horneada varias veces a muy altas temperaturas. Para ofrecer mayor legibilidad y claridad, la esfera presenta unos amplios índices transferidos e indicaciones del día y del mes por agujas de acero azulado, así como una gran luna.
Como todo reloj de excepción, este modelo de estética clásica se viste con metales preciosos. Disponible en oro rojo de 18 quilates con pulsera de piel de aligátor color chocolate o con un brazalete mil eslabones, también cuenta con una versión limitada y numerada hecha en platino. Este nuevo calendario perpetuo se presenta en un estuche equipado con un sistema rotativo automático, que permite armar el reloj cuando su propietario no lo lleva. Esta caja audaz de madera maciza se transforma en humidor para puros cuando se le retira el revestimiento interior.
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