Seleccionar página
Jaeger-LeCoultre abre la casa de Antoine

Jaeger-LeCoultre abre la casa de Antoine

Para conmemorar su 180 aniversario, Jaeger-LeCoultre abre un espacio único dedicado al encuentro y al hecho de poder compartir el conocimiento relojero

Bautizada como la Casa de Antoine, en homenaje a Antoine LeCoultre, quien en 1833 creó su primer taller en una habitación de la granja familiar; este nuevo espacio, concebido y acondicionado con el espíritu de antaño, está destinado a recibir a los amigos de la Manufactura: coleccionistas, apasionados de relojes de excepción y “alumnos” de los cursos de iniciación a la relojería.

Para un coleccionista que viene a admirar el reloj gran complicación que un maestro relojero Jaeger-LeCoultre ensambla día tras día para él, para un apasionado que ha tenido la posibilidad de beneficiarse de un curso de iniciación impartido por un relojero de la Manufactura, qué puede ser más emocionante e inspirador que encontrarse en el corazón mismo de la historia de Jaeger-LeCoultre, en el Valle de Joux, exactamente en el lugar en el que todo empezó, allí donde hace 180 año fueron ideados, concebidos y producidos unos 1200 calibres distintos.

Este lugar exclusivo, situado bajo los techos e inundado por la claridad de la luz del Valle de Joux, tan preciosa para los relojeros, ha sido replanteado para convertirse en un lugar privilegiado de encuentro que destaca el apego de la Manufactura Jaeger-LeCoultre a las relaciones con los amantes de bella relojería.

Este lugar está colmado de historia y refleja la filosofía de la Manufactura, dedicada al conocimiento relojero, a la transmisión de los savoir-faire y al enriquecimiento de las técnicas y de los oficios más exclusivos e inauditos.

Todo empezó cuando Elie LeCoultre, el hijo de Antoine LeCoultre, decide reunir bajo un mismo techo los múltiples conocimientos relacionados con el reloj, mientras la relojería suiza aún estaba estructurada en pequeños talleres caseros. LeCoultre & Cie se convierte así en la primera Manufactura del Valle de Joux. Hoy, ella alberga más de 180 savoir-faire fundamentales para la concepción y producción integral de los guardatiempos más prestigiosos. En su continua búsqueda de la excelencia, apoyada por un espíritu de inventiva único, Jaeger-LeCoultre perpetúa así la tradición de las grandes complicaciones creadas en la Manufactura por una sucesión de creaciones extraordinarias e inventos únicos.

En una superficie de unos 200 m2, se tratará de técnica relojera. Los relojes con grandes complicaciones, obra maestra de complejidad a imagen del Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 Jubilee, encontrará allí los más hermosos estuches para ser desvelados ante las miradas de los coleccionistas más exigentes.

Doce bancos de trabajo están reservados para los cursos de iniciación y de formación relojera impartidos por un experto presto a responder todas las preguntas de los apasionados de la relojería.

Pero esencialmente, todo será cuestión de pasión, al igual que los fundadores, cuyos retratos presiden la entrada del salón, como cuidando de los visitantes con una mirada indulgente. Pues aquí, nos encontramos en la casa de Antoine LeCoultre. Al igual que en un chalet típico de la región, la madera procede de los bosques de abetos del Valle de Joux. No sólo los colores son suaves y elegantes, y los materiales son nobles y tradicionales, también presenta, como debe ser, una amplia chimenea… ya que se ha dado prioridad a la calidez y apacibilidad del ambiente. Esta no es ni más ni menos que la visión del lujo y el refinamiento según Jaeger-LeCoultre, expresada en la casa de Antoine.

Para la inauguración, el actor británico Clive Owen será uno de los primeros en impregnarse del ambiente único de este espacio relojero sin igual. Sin lugar a dudas el artista volverá un día para participar en las master classes que ofrece la Manufactura.

Al instalar la Casa de Antoine en el corazón mismo de la Manufactura, un lugar exclusivo e inaudito que ofrece un ambiente íntimo y refinado, Jaeger-LeCoultre ha añadido una nueva página a su historia.

Volcado en la inventiva, hoy más que nunca palpita el corazón vivo de la pasión en el seno de un universo de Alta Relojería. Un día como hoy en 1833, hace 180 años, Antoine inició una de las más hermosas sagas relojeras.

Manufactura Jaeger-LeCoultre. Los Inventores del Valle de Joux

Principal protagonista de la historia de la relojería desde 1833, Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años de fundación. Mientras la relojería suiza aún funcionaba en pequeñas estructuras o talleres domésticos, Antoine LeCoultre y su hijo Elie decidieron reunir bajo un mismo techo los múltiples conocimientos necesarios para la completa creación de un reloj. Así fue como Le Coultre & Cie se convirtió en la primera Manufactura del Valle de Joux. Hoy, Jaeger-LeCoultre integra más de 180 conocimientos especializados necesarios para la concepción y a la producción integral de los más prestigiosos guardatiempos. En la continua búsqueda de la excelencia y apoyada por un espíritu de inventiva único, Jaeger-LeCoultre perpetúa la tradición de las grandes complicaciones creadas en la Manufactura por una sucesión de creaciones extraordinarias: Atmos Mystérieuse (2003), Gyrotourbillon I (2004), Reverso grande complication à triptyque (2006), Master Compressor Extreme Lab (2007), Reverso Gyrotourbillon 2 (2008), Duomètre à Grande Sonnerie (2009), Master Grande Tradition Grande Complication (2010), Reverso Répétition Minutes à Rideau (2011), Duomètre Sphérotourbillon (2012), Master Grand Tradition Gyrotourbillon 3 Jubilee (2013).

Jaeger-LeCoultre Master Ultra Thin Perpetual. Un prodigio de delgadez

Jaeger-LeCoultre Master Ultra Thin Perpetual. Un prodigio de delgadez

La colección Master Ultra Thin seduce a los amantes y conocedores por su sobria belleza. Para estos estetas, la pureza formal y mecánica de un guardatiempos encarna la esencia misma de la relojería. No obstante, la realización de calibres extraplanos constituye un auténtico desafío técnico, y aún más cuando estos movimientos integran complicaciones adicionales. En este ámbito particular, Jaeger-LeCoultre materializa en 2013 el sueño anhelado desde hace tiempo por los apasionados de la marca, al desvelar su primer reloj automático ultraplano con calendario perpetuo.

Los relojeros y diseñadores de la Manufactura han aunado esfuerzos para concebir un mecanismo de extremada fineza dotado de un calendario perpetuo completo y para disponer el conjunto de las indicaciones en una esfera que conserva la elegancia minimalista de la colección, al tiempo que ofrece una perfecta legibilidad. El éxito está a la altura de las esperanzas: el nuevo Master Ultra Thin Perpetual es el centro de la atención en sus versiones de oro rosa, oro blanco o acero.

Pureza estética y mecánica

Un simple vistazo basta para notar que el nuevo Master Ultra Thin Perpetual pertenece a un prestigioso linaje. Presenta el mismo diseño puro que asocia los elementos de inspiración estética de la Grande Maison. La disposición de las visualizaciones es clara, evidente y no hay lugar para el error. Además de las agujas de las horas, minutos y segundos situadas en el centro, comprende tres contadores reservados a las visualizaciones del calendario perpetuo: el primero a las 9 horas para el día de la semana, el segundo a las 3 horas para el calendario y el tercero a las 6 horas para el mes. La firma distintiva de Jaeger-LeCoultre figura sobre la indicación de la fase de la luna. Eso es todo… o casi todo, ya que para merecer el título de calendario perpetuo, un calendario también debe indicar el año en curso, y en el Master Ultra Thin Perpetual, éste se lee de forma completa con cuatro dígitos en una pequeña ventanilla situada a las 7 horas. El equilibrio es perfecto y la armonía absoluta. Lo que está bien concebido se enuncia con claridad: basta con contemplar el Master Ultra Thin Perpetual para quedar convencido.

El nuevo modelo se presenta en tres variantes diferenciadas por el material o el color de la caja. El primero posee una caja de oro rosa de 18 quilates con esfera cáscara de huevo, mientras que la versión de oro blanco de 18 quilates está provista de una esfera graneada plateada. Por último, el modelo de acero, disponible únicamente en las boutiques Jaeger-LeCoultre, está dotado de una esfera plateada soleada.

Cualquiera que sea su color, los apasionados de la bella mecánica y los coleccionistas examinarán meticulosamente, para empezar, el perfil de la confortable caja de 39 mm diámetro. Naturalmente, también notarán las afinadas asas y el fino bisel que le confieren una gracia particular a este reloj, y su atención se enfocará, ciertamente, en su altura, que no supera los 9,2 milímetros. Una nueva hazaña para albergar al calibre 868, el movimiento ultraplano de carga automática con calendario perpetuo de la Manufactura.

Facilidad de uso –para siempre

Basta un solo corrector, situado en el flanco de la caja, para cambiar el conjunto de las indicaciones según un principio de notoria simplicidad: una activación hace avanzar un día al calendario perpetuo. Cualquier cambio complementario requerido para seguir el ritmo del calendario gregoriano se efectúa de manera automática. El mecanismo relojero es tan perfecto que toma en cuenta la duración irregular de los meses, que pueden estar compuestos por 28, 30 ó 31 días. Cada cuatro años, indicará con la misma naturalidad que cualquier otro día el 29 de febrero que caracteriza los años bisiestos. Y no necesitará ningún ajuste manual antes del 1° de marzo 2100, pues los años seculares son la excepción que confirma la regla del ciclo de cuatro años que acompasa los años bisiestos. Por su parte, la visualización de las fases de la luna restituirá fielmente los distintos estados de nuestro satélite en el trascurso de los próximos 122 años.

Por último, una pequeña ventanilla rectangular situada ligeramente encima del centro de la esfera se viste de rojo a medida que la noche avanza. En efecto, indica el período durante el cual no se debe hacer ningún tipo de ajuste para evitar dañar los rodajes que ya están enganchados para preparar el cambio de las indicaciones que se llevan a cabo puntualmente a medianoche. No obstante, mucho antes de que el despertador arranque a su propietario de los brazos de Morfeo al alba de un nuevo día, la apertura habrá recobrado su color habitual para confundirse nuevamente con los matices de la esfera.

Como sería lamentable esconder semejante abanico de proezas mecánicas, el Master Ultra Thin Perpetual está dotado de un fondo de cristal de zafiro que desvela a las miradas el segmento de masa de oro de 22 quilates de la carga automática, así como las decoraciones de Alta Relojería artísticamente ejecutadas sobre los componentes del movimiento.

Calibres ultraplanos y calendarios perpetuos de Jaeger-LeCoultre

A principios del siglo XX, Jacques-David LeCoultre aceptó el reto lanzado a las manufacturas relojeras suizas por el industrial francés Edmond Jaeger, quien quería desarrollar la producción de relojes extraplanos. Su encuentro fue el punto de partida de una fructífera colaboración que será coronada unos años después por la asociación de sus dos nombres para la posteridad. Ésta se concretó en 1907 con la puesta a punto del calibre 145 para reloj de bolsillo que respondía a las exigencias de discreción y refinamiento de los creadores parisinos. Su sorprendente delgadez de 1,38 mm le valió el título del movimiento relojero más plano del mundo, un récord que conserva hasta el día de hoy. La historia de estos guardatiempos minimalistas se enriqueció rápidamente con complicaciones, como el calibre 18/19RMCCVEP, un movimiento de bolsillo que comprendía un cronógrafo y una repetición de minutos cuya altura no superaba los 3,55 mm. En 1976, mientras el cuarzo quebrantaba los fundamentos de la industria relojera suiza, la Grande Maison del Valle de Joux no dudó en desarrollar un movimiento extraplano de elevada frecuencia con visualización de la fecha, cuyo grosor culminaba en 3,25 mm. Conocido bajo la designación de Calibre 900, abría el camino a los movimientos automáticos que equipan los modelos de la línea Master Ultra Thin, distinguiéndose por su fiabilidad y su robustez excepcionales.

La complicación calendario perpetuo tampoco es nueva en la historia de Jaeger-LeCoultre. Unas décadas antes de la aparición de los calibres ultraplanos que abrirían a la marca el acceso al mundo parisino del lujo y la elegancia, la Manufactura fabricaba relojes de bolsillo cuyas complicaciones incluían, entre otras, un calendario perpetuo. Una de las primeras realizaciones impactantes en este ámbito es un reloj de bolsillo gran complicación de 1895, provisto de una repetición de minutos, un cronógrafo y un calendario perpetuo. Estaba animada por el calibre LeCoultre 19RMCSQ. Otro ejemplo de esta inventiva está representado por otra de las cumbres del arte relojero de la primera mitad del siglo XX, con el Calibre 154 que poseía, además de un calendario perpetuo instantáneo y las fases de la luna, una repetición de minutos y un cronógrafo de ratrapante con contador de minutos. A imagen de los mecanismos extraplanos, los calibres con calendario perpetuo de Jaeger-LeCoultre han conocido una longevidad fuera de serie. En un pasado más reciente, unos audaces desarrollos dieron vida a movimientos empleados en modelos emblemáticos, a imagen del Master Perpetual Calendar de 1996 o del Reverso con calendario perpetuo lanzado en 2000, cuyo reverso está consagrado a las funciones del calendario.

En 2004, el Gyrotourbillon I con calendario perpetuo, tourbillon esférico, ecuación del tiempo y calendario doble retrógrado, abre una nueva era a la relojería contemporánea. En 2006, ésta continúa con otra pieza maestra dotada de esta complicación universalmente apreciada: el Reverso grande complication à triptyque.

Manufactura Jaeger-LeCoultre. Los inventores del Valle de Joux

Principal protagonista de la historia de la relojería desde 1833, Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años de fundación. Mientras la relojería suiza aún funcionaba en pequeñas estructuras o talleres domésticos, Antoine LeCoultre y su hijo Elie decidieron reunir bajo un mismo techo los múltiples conocimientos necesarios para la completa creación de un reloj. Así fue como Le Coultre & Cie se convirtió en la primera Manufactura del Valle de Joux. Hoy, Jaeger-LeCoultre integra más de 180 conocimientos especializados, necesarios para la concepción y la producción integral de los más prestigiosos guardatiempos. En la continua búsqueda de la excelencia y apoyada por un espíritu de inventiva único, Jaeger-LeCoultre perpetúa la tradición de las grandes complicaciones creadas en la Manufactura por una sucesión de concepciones extraordinarias: Atmos Mystérieuse (2003), Gyrotourbillon I (2004), Reverso grande complication à triptyque (2006), Master Compressor Extreme Lab (2007), Reverso Gyrotourbillon 2 (2008), Duomètre à Grande Sonnerie (2009), Master Grande Tradition Grande Complication (2010), Reverso Répétition Minutes à Rideau (2011), Duomètre Sphérotourbillon (2012) y Master Grande Tradition Gyrotourbillon 3 Jubilee (2013).

Master Ultra Thin Perpetual – Las características técnicas

Movimiento:

Movimiento mecánico de carga automática, Calibre Jaeger-LeCoultre 868

38 horas de reserva de marcha

336 piezas

46 rubíes

4,72 mm de altura

Esfera:

Versión de oro rosa: cáscara de huevo y piezas aplicadas 4N pulidas

Versión de acero: soleada plateada y piezas aplicadas, pulidas y rodiadas Agujas:

Horas y minutos : Dauphines

Funciones:

Horas, minutos, segundos

Calendario perpetuo : día, mes, fecha, año y fases de la luna

Las funciones del calendario perpetuo se ajustan mediante un solo corrector situado a la altura de las 8h

Indicador de seguridad

Caja:

39mm de diámetro

9,2 mm de altura

Íntegramente pulido

Hermeticidad: 5 atm

Brazalete:

Aligátor

Versión de oro blanco: hebilla de hebijón de oro blanco de 18 quilates

Versión de oro rosa: hebilla de hebijón de oro rosa de 18 quilates

Versión de acero: hebilla desplegable de acero inoxidable

Referencias:

Versión de oro blanco de 18 quilates: Q1303520

Versión de oro rosa de 18 quilates: Q1302520

Versión de acero: Q130842J – Edición boutique

Diane Kruger lució un reloj Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la Première de “The Host”

Diane Kruger lució un reloj Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la Première de “The Host”

Diane Kruger, actriz e imagen de Jaeger-LeCoultre eligió llevar el icónico reloj Art Déco Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la première de “The Host”, tanto en la conferencia de prensa como en la Alfombra Roja.

“The Host” es una película de ciencia ficción, adaptada de una novela de Stephenie Meyer, autora de la serie ‘Twilight’.

Diane Kruger tiene el papel protagonista: Terra, la investigadora.

Desde 1929, el Calibre 101 de Jaeger-LeCoultre detiene el record movimiento mecánico más pequeño del mundo,

Consta de 98 minúsculos componentes y pesa menos de 1 gramo.

El reloj de sobremesa Atmos Hermès. Encuentros del tiempo, tiempo de encuentros

El reloj de sobremesa Atmos Hermès. Encuentros del tiempo, tiempo de encuentros

jaeger-lecoultre-atmos-hermesEl reloj de sobremesa Atmos Hermès, fruto de la colaboración entre Hermès, Jaeger-LeCoultre y la cristalería Saint-Louis, nos demuestra que el tiempo es un aliado, pues gracias a él estas tres casas han podido aportar su maestría para crear, en una edición limitada de 176 ejemplares, este reloj de cristal que debe su funcionamiento al aire del tiempo.

Juegos de transparencia y opalescencia, asociación de cristal y metal, unión de arte y artesanía para conjugar el rigor del metal y la fragilidad del cristal; así nace el reloj sobremesa Atmos Hermès.

Lo inmaterial cobra forma, y esa forma establece un fuerte vínculo entre el hombre, su entorno y algo sobre lo que siempre se ha interrogado: el tiempo.

Grande Reverso Lady Ultra Thin by Valextra celebrando la ocasión especial en Milán

Grande Reverso Lady Ultra Thin by Valextra celebrando la ocasión especial en Milán

El reloj icónico Jaeger-LeCoultre ofrece un espacio único para la personalización…

¿Cual es la mejor forma de realizar una declaración de amor en el día de San Valentín?

El diseñador de sonido Italiano Matteo Ceccarini creó un dibujo que fue grabado en el reloj por los maestros de la Manufactura Jaeger-LeCoultre para que pudiera regalarselo a su amada.

Imagine la emoción de Eva Riccobono al recibir el reloj de Jaeger-LeCoultre en Milan…

La top model y actriz, Eva, eligió una nueva correa doble en color rojo acorde con las nuevas tendencias.

Jaeger-LeCoultre visto en la muñeca de Diane Kruger en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair

Jaeger-LeCoultre visto en la muñeca de Diane Kruger en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair

Diane Kruger eligió llevar el reloj Joaillerie 101 Art Déco en oro blanco y diamantes en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair, que tuvo lugar en Sunset Tower (California) el pasado Domingo 24 de Febrero.

La exclusividad de esta creación relojera, cuyo movimiento mecánico es el más pequeño del mundo desde 1929, resalta especialmente por sus diminutas medidas.

Con 98 componentes, el fascinante reloj Jaeger-LeCoultre posee un peso insignificante de apenas un gramo.

Las piezas de Jaeger-LeCoultre vistas en la muñeca de Emmanuelle Riva en los premios César en Paris y en los Oscar en Hollywood

Las piezas de Jaeger-LeCoultre vistas en la muñeca de Emmanuelle Riva en los premios César en Paris y en los Oscar en Hollywood

Emmanuelle Riva recibió el premio César a la mejor actriz por su papel en el drama de Michael Haneke’s sobre la vida y la muerte, Amour.

Para la ceremonia de premios en el Teatro de Chatelet en Paris, la prestigiosa actriz eligió un reloj de Jaeger-LeCoultre, 101 Etrier.

El calibre 101 posee el record del movimiento mecánico más pequeño del mundo y está mencionado en el libro Guiness de los records.

Los expertos artesanos de la Manufactura de Jaeger-LeCoultre muestran la exclusividad y el privilegio que confiere cada una de sus obras, creando selectos guarda tiempos cada año.

Siendo de prestigioso patrimonio, el reloj 101 de Jaeger-leCoultre se caracteriza por ser un reloj de grandes acontecimientos.

Dos días después, Emmanuelle Riva acudió a la ceremonia de los Oscars en Hollywood con motivo de su nominación a mejor Actriz en su papel protagonista en la película Amour.

El reloj Duoplan Joaillerie vintage de Jaeger-LeCoultre fue visto en su muñeca durante la noche de los Oscars.

Luciendo una elegancia suprema, el reloj “secret” ensambla el arte de la excepcional creación relojera y de la alta relojería.

Ciertas creaciones relojeras solo pueden ser creadas en los talleres de la Manufactura de Jaeger-LeCoultre en las que cada obra maestra está realizada con la sutil complicación de la perfección mecánica y la más exclusiva delicadeza en las técnicas de esmaltado.

La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre, protagonista de la historia de la relojería desde el siglo XIX, celebra 180 años de incesante desarrollo en el mismo taller que creó su fundador. Jaeger-LeCoultre conmemorará este aniversario con la creación de guardatiempos excepcionales, exposiciones y eventos exclusivos alrededor del mundo.

La aventura empieza en 1833 cuando el relojero autodidacta Antoine LeCoultre se establece de forma independiente tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería. Después de crear una decena de inventos, registra cientos de patentes que hacen resplandecer con una fuerza inaudita a la relojería suiza. El pequeño taller crece tan rápido que muy pronto se le empieza a llamar La Grande Maison del Valle de Joux. En 1888 la Manufactura emplea cerca de 500 relojeros, técnicos y artistas.

En 180 años, Jaeger-LeCoultre ha creado y fabricado en sus talleres más de 1200 calibres distintos y ha registrado más de 400 patentes. La Grande Maison cuenta en su activo con primicias mundiales, superlativos y relojes legendarios como el Reverso, el Duoplan, el Memovox, el Polaris, los Gyrotourbillon I y 2, la línea Duomètre y el péndulo perpetuo Atmos. Hoy, más de 1000 personas trabajan en el seno de la Manufactura y dominan todas las especialidades relojeras de la marca con mayor inventiva en el mundo de la relojería.

Origen del pueblo de Le Sentier, cuna de Jaeger-LeCoultre

Nada parecía presagiar que el Valle del Joux se convertiría en la capital mundial de las grandes complicaciones relojeras. Encaramado a 1000 metros de altura, lejos de cualquier itinerario comercial, abierto al mundo únicamente por unos pasos de montaña frecuentemente cerrados durante interminables inviernos, el Valle del Joux vive bajo los caprichos de un clima considerado como uno de los más inhóspitos del arco del Jura. Estas condiciones extremas influyeron en el destino de la región. En cierta forma, estimularon la inventiva de las mujeres y de los hombres que se instalaron allí. Les impusieron la polivalencia, el tesón, la paciencia y el espíritu empresarial. Les enseñaron a inventar para sobrevivir.

Las raíces de Jaeger-LeCoultre están profundamente arraigadas a la historia del Valle del Joux. Desde el siglo XVI, la familia LeCoultre actúa como pionera. Como refugiado hugonote fugado de las persecuciones religiosas en Francia, el instruido Pierre LeCoultre (hacia 1530 – 1600) obtiene el codiciado estatus de “habitante” de la ciudad de Ginebra en 1558. Animado por su gusto por la aventura y los retos, al año siguiente deja la ciudad de Calvino y adquiere su primer terreno en el Valle del Joux: una parcela cubierta de bosques, territorio de osos y lobos. El contrato que firma en esta ocasión va a ser determinante para la historia de la región. Pierre LeCoultre se dedica a desbrozar el bosque, a construir casas, cultivar cereales y criar animales.

Pese a los numerosos obstáculos y peripecias, la pequeña comunidad echa raíces y se fortalece. El hijo de Pierre LeCoultre la emancipa definitivamente al erigir un templo en 1612, con lo que marca el nacimiento del pueblo de Le Sentier.

Antoine LeCoultre, inventor de gran talento y fundador de Jaeger LeCoultre

Décima generación desde el primer LeCoultre del Valle de Joux, el fundador de la Manufactura Jaeger-LeCoultre se distingue desde temprana edad por su carácter industrioso y visionario. En la pequeña forja familiar, en Le Sentier, Antoine LeCoultre (1803-1881) se inicia en los misterios de la metalurgia. Con su padre inventa nuevas aleaciones, perfecciona las láminas de vibración de las cajas de música y establece las bases de la industria de las cuchillas de afeitar. Su sed de progreso y su voluntad de confrontar los conocimientos empíricos contra el saber científico lo llevan muy pronto a incursionar en la más noble de las artes mecánicas: la relojería.

En 1833, tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería, Antoine LeCoultre funda en el Valle de Joux su primer taller, el que en unos años se convertirá en la Manufactura Jaeger- LeCoultre. Uno a uno, adquiere los principales “savoir-faires” relojeros necesarios para la fabricación de un movimiento relojero completo, acercándose poco a poco a lo que denomina su “plan primitivo”. Inventa numerosas máquinas que se acercan a pasos agigantados al campo de la precisión. Crea el Micrómetro (1844), primer instrumento de la historia de la técnica capaz de medir una micra. En 1847, su “remontaje de báscula” es el primer sistema seguro para darle cuerda al reloj y ponerlo en hora sin emplear una llave.

Del pequeño taller a la Grande Maison En 1866, el pequeño taller se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux. En una época en que los conocimientos relojeros estaban dispersos en varios cientos de pequeñas estructuras de producción a domicilio, Antoine LeCoultre y su hijo Elie (1842-1917) actúan como pioneros. Reunidos bajo un mismo techo, por primera vez hombres y mujeres pueden compartir sus secretos de fabricación y enriquecer sus conocimientos respectivos. En una palabra: conjugar sus talentos. Desarrollan en particular los primeros procesos parcialmente mecanizados de fabricación de los movimientos complicados.

En 1988, la Manufactura LeCoultre ya emplea cerca de 500 personas. En aquella época ya se le conoce como La Grande Maison del Valle de Joux. La creatividad de los movimientos es sencillamente prodigiosa. ¡Entre 1860 y 1900 la Manufactura crea más de 350 calibres distintos! La mitad incorpora complicaciones: 99 repeticiones diferentes, de las cuales hay 66 repeticiones de minutos y 128 cronógrafos, 33 calibres que reunían en un mismo guardatiempos el cronógrafo y la repetición. Y a partir de los años 1890 la Manufactura fabrica las primeras Grandes Complicaciones, es decir relojes con tres complicaciones relojeras mayores: calendario perpetuo, cronógrafo y repetición de minutos.

Cuando LeCoultre se encuentra con Jaeger

En 1903, un rumor corre en el mundo de la relojería helvética: el relojero parisino de la Marina, Edmond Jaeger (1858-1922), reta a los relojeros suizos a fabricar los calibres ultraplanos de su propia invención. En ese momento, Jacques-David LeCoultre (1875-1948), nieto del fundador de la Manufactura, era el encargado de producción de LeCoultre y Compañía. Él acepta el reto. De su colaboración y de la amistad que surge entre estos dos hombres nace una de las

colecciones más extraordinarias de relojes ultraplanos, entre las que se encuentra el reloj más plano del mundo, equipado con el Calibre LeCoultre 145 (1,38 mm de grosor). Continúan con obras pioneras en el campo de los relojes de pulsera, y finalmente: la marca Jaeger-LeCoultre.

Hoy en día olvidamos que al principio el reloj de pulsera suscita numerosas reticencias. A principios del siglo XX, los hombres los rechazaban, alegando que eran un accesorio exclusivamente femenino. Muchos relojeros se echaron para atrás ante las obligaciones que imponía: miniaturización extrema, resistencia a los golpes, hermeticidad… Tantos retos que LeCoultre y Jaeger enfrentaron para darle a este nuevo tipo de guardatiempos sus verdaderos títulos de nobleza. Se solicitó la colaboración de los mejores relojeros para crear calibres mecánicos de una pequeñez extraordinaria. Llevándose a cabo simultáneamente, las investigaciones estéticas y técnicas dieron como resultado la creación de calibres ultraplanos y complicados destinados a adoptar la forma de las minúsculas cajas, concebidas con la mayor elegancia.

Los primeros íconos

Impregnados con los valores del Art Deco, los años comprendidos entre 1920 y 1930 son testigo del nacimiento de los primeros íconos de Jaeger-LeCoultre. En un puñado de años nacen sucesivamente: el reloj Duoplan (1925) que da origen a los actuales Joaillerie 101; el péndulo perpetuo Atmos (1928) y finalmente el famosísimo reloj Reverso (1931). Estas creaciones no sólo marcan la historia de la relojería, sino que también han atravesado muchas décadas hasta nuestros días, colocándose en el nivel de los grandes clásicos de la Alta Relojería de prestigio. Sus geniales conceptos han avivado el espíritu inventor de los relojeros de la Manufactura, quienes no han desperdiciado la oportunidad de reinterpretarlos, perfeccionarlos y renovarlos para mantenerlos siempre vivos.

Nacida en 1925, la primera de estas creaciones legendarias lleva el nombre de Duoplan, debido a la estructura de su movimiento. En aquella época, la moda dictaba el uso de relojes de pulsera muy pequeños. Sin embargo, la miniaturización extrema daba como resultado una cierta pérdida de fiabilidad. El Duoplan ofreció una solución tan simple como ingeniosa para reconciliar la excelencia técnica con la elegancia. Su movimiento se construye en dos pisos, o dos planos, lo que permite conservar un volante de gran tamaño y de óptima precisión. Y para no hacer las cosas a medias… el Duoplan era uno de los primeros relojes de acero engastados. Asegurado por la empresa Lloyd’s de Londres, éste gozaba de un servicio post-venta único. El movimiento dañado se remplazaba en pocos minutos. A tal punto que el concesionario londinense Tyme anunciaba en su vitrina: “no tendrá tiempo para terminar de fumarse un cigarrillo durante la reparación de su reloj”.

En 1929, el calibre más pequeño de la familia de los Duoplan, el Calibre 101, pulveriza el récord del movimiento mecánico más pequeño del mundo. Para comprender la importancia de este acontecimiento hay que recordar que desde el nacimiento de la relojería en la Edad Media, los relojeros han multiplicado sus esfuerzos para inventar mecanismos cada vez más pequeños. Sin embargo, desde 1929, la búsqueda de la miniaturización parece haber llegado a su fin. Con 14 mm de largo, 4,8 mm de ancho y 3,4 mm de grosor, el Calibre 101 sigue conservando el título del movimiento mecánico más pequeño que jamás se haya elaborado en el mundo. Fabricado sin interrupción desde 1929. Las 74 piezas que lo componían inicialmente (hoy en día cuenta con 98), son ensambladas y elaboradas a mano, y pesan apenas 1 gramo.

Presentado en 1928 por el inventor de Neuchâtel Jean-Léon Reutter, el primer prototipo del péndulo Atmos es recibido con bombos y platillos. La prensa del mundo entero habla de este invento que acaricia el antiguo sueño del movimiento perpetuo. Se requiere todo el saber hacer de los relojeros de Jaeger-LeCoultre para pasar del estatus de prototipo al de péndulo de Alta Relojería. El Atmos obtiene su energía de los más ínfimos cambios de temperatura. Una fluctuación de un grado lo hace funcionar durante dos días. ¡Consume 60 millones de veces menos energía que una bombilla de 15 vatios! Regalo oficial de la Confederación Helvética desde hace más de medio siglo, el Atmos es el péndulo de grandes hombres y grandes damas. ¡Y como si fuese poco, en 2012 celebra sus ochentaicinco años de creación!

1931 es una fecha clave en la historia de Jaeger-LeCoultre puesto que marca el nacimiento del reloj Reverso. Con motivo de un viaje de negocios a la India, César de Trey, distribuidor de los guardatiempos Jaeger-LeCoultre, se encuentra con viejos amigos, unos oficiales británicos. Estos grandes aficionados al polo retan al suizo para crear un reloj capaz de soportar los golpes de su deporte favorito. De regreso a Suiza, de Trey le cuenta su proyecto a Jacques-David LeCoultre. De esta forma nace el Reverso cuyo nombre se inspira en el latín “me doy vuelta”. Un simple gesto permite hacer girar la caja sobre su base para proteger el cristal del reloj. El Reverso se puede personalizar a voluntad. Al unir la elegancia y el deporte, el Reverso se convierte en un gran clásico del Art Deco, un movimiento cultural que reúne todos los valores: refinamiento, artesanía, claridad estética y gusto por la diversión.

Un guardatiempos al servicio del hombre activo de los Gloriosos Treinta

Tras el cataclismo de la Segunda Guerra Mundial, el Occidente presenta durante tres décadas un desarrollo económico, demográfico y urbano sin precedentes, presididos por los valores de eficacia, resistencia y liberación del hombre a través de la técnica. Jaeger-LeCoultre contribuye a este movimiento creando relojes para el “hombre activo”: aquél que debe reconstruir y repensar el mundo. La inventiva está orientada hacia los campos de resistencia a los golpes y al magnetismo, hermeticidad, precisión cronométrica y funciones útiles tales como la alarma, calendario o cuerda automática.

En 1946, Jaeger-LeCoultre presenta su primer calibre automático: el Calibre Jaeger-LeCoultre 476. Desde esa fecha, la Manufactura no ha detenido su innovación en este campo: masas con topes, masas de rotor, masas de oro, cuerda unidireccional y después bidireccional, alta frecuencia, esferas de cerámica, etc.

Más que un reloj automático, el Memovox (literalmente “la voz de la memoria”) encarna el tiempo organizado y eficaz de los Gloriosos Años Treinta. Su timbre rima con los plazos de la vida cotidiana: despertador, citas, horarios de trenes o parquímetros. En 1956, la línea Memovox se enriquece con una primicia mundial, el Calibre Jaeger-LeCoultre 815, el que asocia la función de despertador con la carga automática. Tres años después, este calibre equipa el Memovox Deep Sea: el primer reloj de buceo automático con alarma. Rápidamente le sigue el Memovox Polaris que se convierte en el espíritu conquistador de los años 60, y que ha servido de importante fuente de inspiración para el diseño de las actuales líneas Compressor y AMVOX.

El 3 de agosto de 1958, el primer submarino nuclear americano llega al Polo Norte en un periplo que une al Océano Atlántico con el Pacífico por la vía más directa y rápida. Algunos meses después, Ginebra regala el Cronómetro Geophysic de Jaeger–LeCoultre a William R. Anderson, comandante del submarino, en homenaje a su descubrimiento técnico y humano.

De las funciones cotidianas a los refinamientos mecánicos exclusivos

Dotadas de funciones de uso cotidiano (despertador, cuerda automática, husos horarios…) las creaciones de los Gloriosos Treinta, tales como el Memovox, el Futurematic o el Geophysic han legado su filosofía a la línea actual Master Control. Creada en 1992, marca una etapa fundamental en la conquista de la precisión, ya que para merecer su título de “Master”, cada reloj terminado debe salir victorioso de una serie de seis severas pruebas efectuadas durante 1000 horas, más o menos seis semanas. Para crear esta nueva referencia, la Manufactura se ampara en su experiencia más que secular. Se apoya especialmente en los trabajos relativos a los calibres de alta frecuencia que fueron lanzados en 1970 y en los progresos de los sistemas de carga automática por rotor, lanzados en 1959. Expresión del clasicismo relojero absoluto, la línea Master Control se enriquece muy pronto con creaciones dotadas de complicaciones relojeras clásicas como el calendario perpetuo, el tourbillon y la repetición de minutos.

En 1991, el Reverso recibe sus primeras complicaciones. La saga de las series limitadas Reverso de oro rosa y después de platino puede comenzar: tourbillon, repetición de minutos, calendario perpetuo, cronógrafo retrógrado… En 1994, el Reverso Duoface propone por primera vez dos esferas que se dan la espalda, ofreciendo así dos husos horarios. En 1997 aparece la versión femenina, el Reverso Duetto para señora: por un lado indica la hora del día mientras por el otro, engastado, se visualizan las horas de la noche. En 2006, el Reverso grande complication à triptyque reúne en la legendaria caja reversible el tiempo civil, el tiempo sideral y el tiempo perpetuo sobre 3 rostros.

El siglo XXI, o la creatividad sin límite

Marcados por el signo de la invención, los primeros años del siglo XXI se cuentan entre los más fecundos de toda la historia de Jaeger-LeCoultre: ¡Desde el año 2000, la Manufactura ha creado más de 75 nuevos calibres! Entre los cuales se cuentan grandes complicaciones, tourbillons, repeticiones de minutos, cronógrafos, calendarios perpetuos, 15 días de reserva de marcha, el primer calibre que no necesita lubricante, etc. Al mismo tiempo, se registran más de 80 patentes para proteger los inventos tanto en el campo de los movimientos como en el de las cajas.

Con relojes ultracomplicados con creaciones de alta joyería, pasando por los Atmos complicados, los AMVOX, Master Compressor Diving, los Reverso Squadra, o los Duomètre, Jaeger-LeCoultre se impone como la referencia de la Gran Relojería de prestigio. El siglo XXI marca otra etapa importante en la historia de Jaeger-LeCoultre: la creación de los primeros relojes de pulsera con grandes complicaciones (por lo menos tres complicaciones importantes dentro de un reloj). En el 2004, los relojes de la Manufactura crean el Gyrotourbillon I. Este reloj superlativo está dotado con un tourbillon que gravita sobre dos ejes, un calendario perpetuo con dos indicadores retrógrados y una ecuación del tiempo activa. Para coronar este conjunto, también ofrece una autonomía de ocho días. El Calibre Jaeger-LeCoultre 177 cuenta con nada más y nada menos que 679 componentes. Nótese que los cerca de 100 componentes del tourbillon esférico sólo pesan un tercio de gramo.

El primer reloj de la historia de la relojería dotado de tres esferas animadas por un solo movimiento, el Reverso grande complication à triptyque, interpreta tres dimensiones temporales. Por el lado anverso, la hora civil se acompasa al ritmo de un tourbillon isómetro de elipse. Por el lado reverso ofrece una ecuación del tiempo y el calendario zodiacal. La tercera esfera está integrada en la base de la caja: un calendario perpetuo instantáneo se activa cada 24 horas, exactamente a media noche.

En el 2008, Jaeger-LeCoultre rinde homenaje al espíritu pionero de sus fundadores con cuatro series limitadas de oro rosa, cada una provista de complicaciones emblemáticas de la historia de la marca: repetición de minutos, calendario perpetuo, tourbillon y el calibre ultraplano. El Memovox Tribute to Polaris, la réplica de los Memovox Polaris de 1965 y 1968, recuerda las grandes horas de la historia de Jaeger-LeCoultre en el campo de los relojes de buceo. Una colección prodigiosa de Atmos abre nuevos horizontes para el célebre péndulo perpetuo que celebra sus 85 años. En cuanto al Reverso Gyrotourbillon 2, ofrece por primera vez al célebre reloj reversible un tourbillon esférico. Al juego de la vuelta de su caja, añade la sabia rotación del tourbillon sobre dos ejes, acompasada por las palpitaciones de una espiral cilíndrica. Esta extraordinaria innovación crea una nueva etapa dentro de la precisión relojera de los relojes mecánicos, lo que hoy se expresa en fracciones de segundo por día.

En 2013, 180 años de inventos al servicio de la Alta Relojería

Desde hace 180 años, década tras década, a medida que se integran nuevos conocimientos a La Grande Maison del Valle del Joux, las edificaciones continúan prolongando el taller original de Antoine LeCoultre, en el corazón del pueblo de Le Sentier, a tiro de piedra del lugar donde Pierre LeCoultre adquirió su primer terreno en 1559.

Los techos de la Manufactura se han multiplicado para formar un conjunto arquitectónico complejo que, más que un santuario de la Bella Relojería, constituye hoy en día un prodigioso espacio de creación.

Bajo los techos de La Grande Maison, cada día, 180 pericias relojeras y más de 20 tecnologías se inventan, conciben, fabrican, ensamblan, regulan, engastan, graban o esmaltan relojes únicos que hacen brillar y renuevan permanentemente la gran tradición relojera suiza.

1559 Llegada de Pierre LeCoultre al Valle del Joux

1612 Fundación del pueblo de Le Sentier por Pierre II LeCoultre

1730 Fundación de la forja de los LeCoultre

1833 Fundación de la Manufactura por Antoine LeCoultre

1844 Invención del Micrómetro

1847 Invención del remontoir de báscula

1851 Medalla de Oro en la Feria Universal de Londres

1858 Elie LeCoultre secunda a su padre Antoine

1866 Nuevo edificio: LeCoultre se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux

1870 Primeros calibres complicados

1874 Nuevo edificio

1880 Fundación de Jaeger en París

1888 Nuevo edificio

1890 La Manufactura fabrica 156 calibres

1890 Primeras Grandes Complicaciones

1900 Jacques-David LeCoultre dirige la producción

1903 Jacques-David LeCoultre conoce a Edmond Jaeger

1907 Calibre Jaeger-LeCoultre 145, el movimiento más plano del mundo

1912 Extensión de la Manufactura

1915 Aeronáutica y automóviles

1925 Invención del reloj Duoplan

1927 Nuevo edificio

1928 Invento del péndulo Atmos

1929 Calibre Jaeger-LeCoultre 101, el movimiento más pequeño del mundo

1930 Chronoflight

1931 Reloj de pulsera 8 días, doble barrilete

1931 Nacimiento del reloj Reverso

1932 Pendulette baguette

1933 Nuevo edificio

1937 Nacimiento oficial de la marca Jaeger-LeCoultre

1938 Cámara fotográfica en miniatura Compass

1946 Calibre Jaeger-LeCoultre 170 tourbillon

1946 Primer reloj automático Jaeger-LeCoultre

1950 Nacimiento del Memovox

1953 Futurematic

1953 Calibre Jaeger-LeCoultre 803, 1,64 mm de grosor

1956 Primer reloj de pulsera automático con despertador

1958 Cronómetro Geophysic

1959 Memovox Deep Sea. Primer reloj de buceo dotado de alarma

1965 Memovox Polaris

1967 Participación al Calibre Beta 21

1972 Nuevo edificio

1976 Calibre Jaeger-LeCoultre 900 automático, plano, de alta frecuencia

1982 Calibre Jaeger-LeCoultre 601 de cuarzo, el más plano del mundo

1983 Calibre Jaeger-LeCoultre 889

1987 Calibre Jaeger-LeCoultre 630 meca-cuarzo

1989 Grand Réveil

1990 Géographique

1991 Reverso 60ème

1992 Master Control 1000 Hours

1994 Reverso Duoface

1997 Reverso Duetto

1997 Nuevo edificio

1999 Atmos du Millénaire

2000 Jaeger-LeCoultre entra al grupo Richemont

2002 Master Compressor Memovox

2003 Reverso Platinum Number Two

2003 Atmos Mystérieuse

2004 Gyrotourbillon I

2005 Master Minute Repeater Antoine LeCoultre

2006 Reverso grande complication à triptyque

2007 Duomètre 2007 Master Compressor Extreme Lab

2007 Apertura de la Galería del Patrimonio

2008 4 series limitadas de oro rosa marcan los 175 años de la Manufactura

2008 Reverso Gyrotourbillon 2

2008 Nuevo edificio de 9.000 m2

2009 Duomètre à Grande Sonnerie

2012 Master Grande Tradition Grande Complication

2011 Reverso Rététition Minutes à Rideau

2012 Duomètre Sphérotourbillon

2013 Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

jaeger-lecoultre-duometre-a-spherotourbillonDual-Wing, el movimiento mecánico que revoluciona la relojería

“¿Una evolución? No, una revolución”

Por Jérôme Lambert, CEO de Jaeger-LeCoultre

“Al idear su mecanismo inédito Dual-Wing, la Manufactura Jaeger-LeCoultre no sólo concibió el elemento fundador de una nueva colección bautizada como Duomètre, sino también escribió un capítulo completo de la historia de la relojería”.

Ayer aún, confiar a un movimiento relojero tradicional la misión de asegurar una complicación adicional, además de indicar las horas, era correr un riesgo en cuanto a su precisión de marcha. El valioso talento de los mejores relojeros no podía contrarrestar las leyes de la física ni los límites de la micromecánica. Indudablemente, los movimientos que lograban realizar, aportaban una gran satisfacción si se privilegiaban las elevadas prestaciones técnicas, la precisión o la estética. Pero sólo se podía elegir uno de estos tres parámetros…

Poseer un reloj con complicaciones que reuniera estos tres ingredientes ya era una utopía. Y un buen día, en los talleres de la Manufactura Jaeger-LeCoultre, en el corazón del Valle de Joux, en Suiza, nació una idea: ¿y si se empezara en una página en blanco? ¿Y si en lugar de mejorar lo existente, se volviera a empezar de cero? ¿Y si en lugar de hacer evoluciones se eligiera hacer una revolución? Así nació el concept Dual-Wing, dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja: uno asumiría la indicación de las horas y el otro la animación de una función adicional.

¿Dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja? Si sólo se tratara de eso, los relojeros de Jaeger-LeCoultre sólo hubieran realizado una obra maestra de miniaturización. Pero hicieron mucho más al asociar los dos mecanismos a un solo órgano regulador, prueba de un funcionamiento cuya precisión es digna de un cronómetro.

Entonces sí, el concepto Dual-Wing, punto de partida de la colección Duomètre, es efectivamente una revolución, ya que permite ofrecer un reloj que reconcilia precisión y complicación inédita.

Su principio hacía soñar a los apasionados de la relojería, sólo quedaba transformar la teoría en realidad. El primer desafío del concept Dual-Wing fue animar un cronógrafo. Y el nacimiento del nuevo Duomètre à Chronographe constituyó uno de los principales eventos del año relojero 2007.

Luego llegó el turno del calendario. Esta codiciada complicación se benefició del concepto Dual- Wing: en 2010 nació el Duomètre à Quantième Lunaire.

Y en 2012 salió a la luz el Duomètre à Sphérotourbillon. Una nueva revolución en el arte de la precisión relojera…”