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Con el lanzamiento de la Colección Pavonina de Glashütte Original, la perdurable e intensa relación entre la mujer y sus relojes escribe un nuevo capítulo.

Los años veinte fueron un momento en el que una nueva generación de mujeres subió al escenario social: ganaban su propio dinero, salían solas, se ataviaban con minifaldas y cortaban su pelo por encima de los hombros. Su emancipación era profunda y, a la vez, prosaica. En vez de llevar relojes de bolsillo como colgante en una cadena, muchas mujeres comenzaron a utilizar el práctico reloj de muñeca, que se puso de moda. Durante centenares de años, los brazaletes fueron considerados un atributo eminentemente femenino. Llevar un reloj con una cadena de oro en el bolsillo del chaleco, sin embargo, era un elemento masculino. A diferencia de los hombres, muchos de los cuales se mostraban reacios a abandonar el tradicional reloj de bolsillo, las mujeres de los años veinte detectaron rápidamente las ventajas de llevar un reloj sobre la muñeca. De alguna forma, fueron las ‘‘pioneras del reloj de muñeca”, y la popularidad de su elección ejerció pronto una presión en los relojeros para cubrir la creciente demanda.

En 1927, la empresa de Glashütte Urofa comenzó a crear relojes de bolsillo, inicialmente diseñados exclusivamente para la mujer. Haciendo frente a la demanda de relojes delicados y femeninos para llevar sobre la muñeca, los relojeros empezaron a crear movimientos mucho más pequeños. Pronto, se estableció una tradición que exigía la fabricación de relojes de muñeca especiales para señora, muchos años antes de que diera comienzo la producción de relojes de muñeca para caballero.

En los años sesenta y setenta, la demanda de las mujeres de relojes precisos y modernos tuvo, de nuevo, un impacto significativo sobre la producción relojera en Glashütte. Con el tiempo, los relojes de muñeca para señora se han convertido en una combinación de joyería con un medio útil de leer la hora. Por norma, una mujer tiene múltiples relojes, al fin y al cabo, para llevarlos como una joya y adaptarse a un atuendo en particular o a una ocasión. Al final de los setenta, la empresa VEB Glashütter Uhrenbetriebe, que había absorbido a Urofa y a otras muchas empresas, comenzó a crear relojes de muñeca de señora, equipados con movimientos de cuarto; su cuidado y su uso eran fáciles, y eran cómodos y asequibles.

Con el lanzamiento de una nueva colección de relojes de señora con movimiento de cuarzo, Glashütte Original renueva una tradición que respeta el interés de la mujer por relojes de menor tamaño y fácil manejo, con cajas más elegantes.

Jaime Civantos Capella
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