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Diane Kruger lució un reloj Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la Première de “The Host”

Diane Kruger lució un reloj Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la Première de “The Host”

Diane Kruger, actriz e imagen de Jaeger-LeCoultre eligió llevar el icónico reloj Art Déco Jaeger-LeCoultre Joaillerie 101 en la première de “The Host”, tanto en la conferencia de prensa como en la Alfombra Roja.

“The Host” es una película de ciencia ficción, adaptada de una novela de Stephenie Meyer, autora de la serie ‘Twilight’.

Diane Kruger tiene el papel protagonista: Terra, la investigadora.

Desde 1929, el Calibre 101 de Jaeger-LeCoultre detiene el record movimiento mecánico más pequeño del mundo,

Consta de 98 minúsculos componentes y pesa menos de 1 gramo.

El reloj de sobremesa Atmos Hermès. Encuentros del tiempo, tiempo de encuentros

El reloj de sobremesa Atmos Hermès. Encuentros del tiempo, tiempo de encuentros

jaeger-lecoultre-atmos-hermesEl reloj de sobremesa Atmos Hermès, fruto de la colaboración entre Hermès, Jaeger-LeCoultre y la cristalería Saint-Louis, nos demuestra que el tiempo es un aliado, pues gracias a él estas tres casas han podido aportar su maestría para crear, en una edición limitada de 176 ejemplares, este reloj de cristal que debe su funcionamiento al aire del tiempo.

Juegos de transparencia y opalescencia, asociación de cristal y metal, unión de arte y artesanía para conjugar el rigor del metal y la fragilidad del cristal; así nace el reloj sobremesa Atmos Hermès.

Lo inmaterial cobra forma, y esa forma establece un fuerte vínculo entre el hombre, su entorno y algo sobre lo que siempre se ha interrogado: el tiempo.

Jaeger-LeCoultre visto en la muñeca de Diane Kruger en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair

Jaeger-LeCoultre visto en la muñeca de Diane Kruger en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair

Diane Kruger eligió llevar el reloj Joaillerie 101 Art Déco en oro blanco y diamantes en la fiesta de los Oscar de Vanity Fair, que tuvo lugar en Sunset Tower (California) el pasado Domingo 24 de Febrero.

La exclusividad de esta creación relojera, cuyo movimiento mecánico es el más pequeño del mundo desde 1929, resalta especialmente por sus diminutas medidas.

Con 98 componentes, el fascinante reloj Jaeger-LeCoultre posee un peso insignificante de apenas un gramo.

Las piezas de Jaeger-LeCoultre vistas en la muñeca de Emmanuelle Riva en los premios César en Paris y en los Oscar en Hollywood

Las piezas de Jaeger-LeCoultre vistas en la muñeca de Emmanuelle Riva en los premios César en Paris y en los Oscar en Hollywood

Emmanuelle Riva recibió el premio César a la mejor actriz por su papel en el drama de Michael Haneke’s sobre la vida y la muerte, Amour.

Para la ceremonia de premios en el Teatro de Chatelet en Paris, la prestigiosa actriz eligió un reloj de Jaeger-LeCoultre, 101 Etrier.

El calibre 101 posee el record del movimiento mecánico más pequeño del mundo y está mencionado en el libro Guiness de los records.

Los expertos artesanos de la Manufactura de Jaeger-LeCoultre muestran la exclusividad y el privilegio que confiere cada una de sus obras, creando selectos guarda tiempos cada año.

Siendo de prestigioso patrimonio, el reloj 101 de Jaeger-leCoultre se caracteriza por ser un reloj de grandes acontecimientos.

Dos días después, Emmanuelle Riva acudió a la ceremonia de los Oscars en Hollywood con motivo de su nominación a mejor Actriz en su papel protagonista en la película Amour.

El reloj Duoplan Joaillerie vintage de Jaeger-LeCoultre fue visto en su muñeca durante la noche de los Oscars.

Luciendo una elegancia suprema, el reloj “secret” ensambla el arte de la excepcional creación relojera y de la alta relojería.

Ciertas creaciones relojeras solo pueden ser creadas en los talleres de la Manufactura de Jaeger-LeCoultre en las que cada obra maestra está realizada con la sutil complicación de la perfección mecánica y la más exclusiva delicadeza en las técnicas de esmaltado.

La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

La Manufactura Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre, protagonista de la historia de la relojería desde el siglo XIX, celebra 180 años de incesante desarrollo en el mismo taller que creó su fundador. Jaeger-LeCoultre conmemorará este aniversario con la creación de guardatiempos excepcionales, exposiciones y eventos exclusivos alrededor del mundo.

La aventura empieza en 1833 cuando el relojero autodidacta Antoine LeCoultre se establece de forma independiente tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería. Después de crear una decena de inventos, registra cientos de patentes que hacen resplandecer con una fuerza inaudita a la relojería suiza. El pequeño taller crece tan rápido que muy pronto se le empieza a llamar La Grande Maison del Valle de Joux. En 1888 la Manufactura emplea cerca de 500 relojeros, técnicos y artistas.

En 180 años, Jaeger-LeCoultre ha creado y fabricado en sus talleres más de 1200 calibres distintos y ha registrado más de 400 patentes. La Grande Maison cuenta en su activo con primicias mundiales, superlativos y relojes legendarios como el Reverso, el Duoplan, el Memovox, el Polaris, los Gyrotourbillon I y 2, la línea Duomètre y el péndulo perpetuo Atmos. Hoy, más de 1000 personas trabajan en el seno de la Manufactura y dominan todas las especialidades relojeras de la marca con mayor inventiva en el mundo de la relojería.

Origen del pueblo de Le Sentier, cuna de Jaeger-LeCoultre

Nada parecía presagiar que el Valle del Joux se convertiría en la capital mundial de las grandes complicaciones relojeras. Encaramado a 1000 metros de altura, lejos de cualquier itinerario comercial, abierto al mundo únicamente por unos pasos de montaña frecuentemente cerrados durante interminables inviernos, el Valle del Joux vive bajo los caprichos de un clima considerado como uno de los más inhóspitos del arco del Jura. Estas condiciones extremas influyeron en el destino de la región. En cierta forma, estimularon la inventiva de las mujeres y de los hombres que se instalaron allí. Les impusieron la polivalencia, el tesón, la paciencia y el espíritu empresarial. Les enseñaron a inventar para sobrevivir.

Las raíces de Jaeger-LeCoultre están profundamente arraigadas a la historia del Valle del Joux. Desde el siglo XVI, la familia LeCoultre actúa como pionera. Como refugiado hugonote fugado de las persecuciones religiosas en Francia, el instruido Pierre LeCoultre (hacia 1530 – 1600) obtiene el codiciado estatus de “habitante” de la ciudad de Ginebra en 1558. Animado por su gusto por la aventura y los retos, al año siguiente deja la ciudad de Calvino y adquiere su primer terreno en el Valle del Joux: una parcela cubierta de bosques, territorio de osos y lobos. El contrato que firma en esta ocasión va a ser determinante para la historia de la región. Pierre LeCoultre se dedica a desbrozar el bosque, a construir casas, cultivar cereales y criar animales.

Pese a los numerosos obstáculos y peripecias, la pequeña comunidad echa raíces y se fortalece. El hijo de Pierre LeCoultre la emancipa definitivamente al erigir un templo en 1612, con lo que marca el nacimiento del pueblo de Le Sentier.

Antoine LeCoultre, inventor de gran talento y fundador de Jaeger LeCoultre

Décima generación desde el primer LeCoultre del Valle de Joux, el fundador de la Manufactura Jaeger-LeCoultre se distingue desde temprana edad por su carácter industrioso y visionario. En la pequeña forja familiar, en Le Sentier, Antoine LeCoultre (1803-1881) se inicia en los misterios de la metalurgia. Con su padre inventa nuevas aleaciones, perfecciona las láminas de vibración de las cajas de música y establece las bases de la industria de las cuchillas de afeitar. Su sed de progreso y su voluntad de confrontar los conocimientos empíricos contra el saber científico lo llevan muy pronto a incursionar en la más noble de las artes mecánicas: la relojería.

En 1833, tras inventar una máquina para tallar piñones de relojería, Antoine LeCoultre funda en el Valle de Joux su primer taller, el que en unos años se convertirá en la Manufactura Jaeger- LeCoultre. Uno a uno, adquiere los principales “savoir-faires” relojeros necesarios para la fabricación de un movimiento relojero completo, acercándose poco a poco a lo que denomina su “plan primitivo”. Inventa numerosas máquinas que se acercan a pasos agigantados al campo de la precisión. Crea el Micrómetro (1844), primer instrumento de la historia de la técnica capaz de medir una micra. En 1847, su “remontaje de báscula” es el primer sistema seguro para darle cuerda al reloj y ponerlo en hora sin emplear una llave.

Del pequeño taller a la Grande Maison En 1866, el pequeño taller se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux. En una época en que los conocimientos relojeros estaban dispersos en varios cientos de pequeñas estructuras de producción a domicilio, Antoine LeCoultre y su hijo Elie (1842-1917) actúan como pioneros. Reunidos bajo un mismo techo, por primera vez hombres y mujeres pueden compartir sus secretos de fabricación y enriquecer sus conocimientos respectivos. En una palabra: conjugar sus talentos. Desarrollan en particular los primeros procesos parcialmente mecanizados de fabricación de los movimientos complicados.

En 1988, la Manufactura LeCoultre ya emplea cerca de 500 personas. En aquella época ya se le conoce como La Grande Maison del Valle de Joux. La creatividad de los movimientos es sencillamente prodigiosa. ¡Entre 1860 y 1900 la Manufactura crea más de 350 calibres distintos! La mitad incorpora complicaciones: 99 repeticiones diferentes, de las cuales hay 66 repeticiones de minutos y 128 cronógrafos, 33 calibres que reunían en un mismo guardatiempos el cronógrafo y la repetición. Y a partir de los años 1890 la Manufactura fabrica las primeras Grandes Complicaciones, es decir relojes con tres complicaciones relojeras mayores: calendario perpetuo, cronógrafo y repetición de minutos.

Cuando LeCoultre se encuentra con Jaeger

En 1903, un rumor corre en el mundo de la relojería helvética: el relojero parisino de la Marina, Edmond Jaeger (1858-1922), reta a los relojeros suizos a fabricar los calibres ultraplanos de su propia invención. En ese momento, Jacques-David LeCoultre (1875-1948), nieto del fundador de la Manufactura, era el encargado de producción de LeCoultre y Compañía. Él acepta el reto. De su colaboración y de la amistad que surge entre estos dos hombres nace una de las

colecciones más extraordinarias de relojes ultraplanos, entre las que se encuentra el reloj más plano del mundo, equipado con el Calibre LeCoultre 145 (1,38 mm de grosor). Continúan con obras pioneras en el campo de los relojes de pulsera, y finalmente: la marca Jaeger-LeCoultre.

Hoy en día olvidamos que al principio el reloj de pulsera suscita numerosas reticencias. A principios del siglo XX, los hombres los rechazaban, alegando que eran un accesorio exclusivamente femenino. Muchos relojeros se echaron para atrás ante las obligaciones que imponía: miniaturización extrema, resistencia a los golpes, hermeticidad… Tantos retos que LeCoultre y Jaeger enfrentaron para darle a este nuevo tipo de guardatiempos sus verdaderos títulos de nobleza. Se solicitó la colaboración de los mejores relojeros para crear calibres mecánicos de una pequeñez extraordinaria. Llevándose a cabo simultáneamente, las investigaciones estéticas y técnicas dieron como resultado la creación de calibres ultraplanos y complicados destinados a adoptar la forma de las minúsculas cajas, concebidas con la mayor elegancia.

Los primeros íconos

Impregnados con los valores del Art Deco, los años comprendidos entre 1920 y 1930 son testigo del nacimiento de los primeros íconos de Jaeger-LeCoultre. En un puñado de años nacen sucesivamente: el reloj Duoplan (1925) que da origen a los actuales Joaillerie 101; el péndulo perpetuo Atmos (1928) y finalmente el famosísimo reloj Reverso (1931). Estas creaciones no sólo marcan la historia de la relojería, sino que también han atravesado muchas décadas hasta nuestros días, colocándose en el nivel de los grandes clásicos de la Alta Relojería de prestigio. Sus geniales conceptos han avivado el espíritu inventor de los relojeros de la Manufactura, quienes no han desperdiciado la oportunidad de reinterpretarlos, perfeccionarlos y renovarlos para mantenerlos siempre vivos.

Nacida en 1925, la primera de estas creaciones legendarias lleva el nombre de Duoplan, debido a la estructura de su movimiento. En aquella época, la moda dictaba el uso de relojes de pulsera muy pequeños. Sin embargo, la miniaturización extrema daba como resultado una cierta pérdida de fiabilidad. El Duoplan ofreció una solución tan simple como ingeniosa para reconciliar la excelencia técnica con la elegancia. Su movimiento se construye en dos pisos, o dos planos, lo que permite conservar un volante de gran tamaño y de óptima precisión. Y para no hacer las cosas a medias… el Duoplan era uno de los primeros relojes de acero engastados. Asegurado por la empresa Lloyd’s de Londres, éste gozaba de un servicio post-venta único. El movimiento dañado se remplazaba en pocos minutos. A tal punto que el concesionario londinense Tyme anunciaba en su vitrina: “no tendrá tiempo para terminar de fumarse un cigarrillo durante la reparación de su reloj”.

En 1929, el calibre más pequeño de la familia de los Duoplan, el Calibre 101, pulveriza el récord del movimiento mecánico más pequeño del mundo. Para comprender la importancia de este acontecimiento hay que recordar que desde el nacimiento de la relojería en la Edad Media, los relojeros han multiplicado sus esfuerzos para inventar mecanismos cada vez más pequeños. Sin embargo, desde 1929, la búsqueda de la miniaturización parece haber llegado a su fin. Con 14 mm de largo, 4,8 mm de ancho y 3,4 mm de grosor, el Calibre 101 sigue conservando el título del movimiento mecánico más pequeño que jamás se haya elaborado en el mundo. Fabricado sin interrupción desde 1929. Las 74 piezas que lo componían inicialmente (hoy en día cuenta con 98), son ensambladas y elaboradas a mano, y pesan apenas 1 gramo.

Presentado en 1928 por el inventor de Neuchâtel Jean-Léon Reutter, el primer prototipo del péndulo Atmos es recibido con bombos y platillos. La prensa del mundo entero habla de este invento que acaricia el antiguo sueño del movimiento perpetuo. Se requiere todo el saber hacer de los relojeros de Jaeger-LeCoultre para pasar del estatus de prototipo al de péndulo de Alta Relojería. El Atmos obtiene su energía de los más ínfimos cambios de temperatura. Una fluctuación de un grado lo hace funcionar durante dos días. ¡Consume 60 millones de veces menos energía que una bombilla de 15 vatios! Regalo oficial de la Confederación Helvética desde hace más de medio siglo, el Atmos es el péndulo de grandes hombres y grandes damas. ¡Y como si fuese poco, en 2012 celebra sus ochentaicinco años de creación!

1931 es una fecha clave en la historia de Jaeger-LeCoultre puesto que marca el nacimiento del reloj Reverso. Con motivo de un viaje de negocios a la India, César de Trey, distribuidor de los guardatiempos Jaeger-LeCoultre, se encuentra con viejos amigos, unos oficiales británicos. Estos grandes aficionados al polo retan al suizo para crear un reloj capaz de soportar los golpes de su deporte favorito. De regreso a Suiza, de Trey le cuenta su proyecto a Jacques-David LeCoultre. De esta forma nace el Reverso cuyo nombre se inspira en el latín “me doy vuelta”. Un simple gesto permite hacer girar la caja sobre su base para proteger el cristal del reloj. El Reverso se puede personalizar a voluntad. Al unir la elegancia y el deporte, el Reverso se convierte en un gran clásico del Art Deco, un movimiento cultural que reúne todos los valores: refinamiento, artesanía, claridad estética y gusto por la diversión.

Un guardatiempos al servicio del hombre activo de los Gloriosos Treinta

Tras el cataclismo de la Segunda Guerra Mundial, el Occidente presenta durante tres décadas un desarrollo económico, demográfico y urbano sin precedentes, presididos por los valores de eficacia, resistencia y liberación del hombre a través de la técnica. Jaeger-LeCoultre contribuye a este movimiento creando relojes para el “hombre activo”: aquél que debe reconstruir y repensar el mundo. La inventiva está orientada hacia los campos de resistencia a los golpes y al magnetismo, hermeticidad, precisión cronométrica y funciones útiles tales como la alarma, calendario o cuerda automática.

En 1946, Jaeger-LeCoultre presenta su primer calibre automático: el Calibre Jaeger-LeCoultre 476. Desde esa fecha, la Manufactura no ha detenido su innovación en este campo: masas con topes, masas de rotor, masas de oro, cuerda unidireccional y después bidireccional, alta frecuencia, esferas de cerámica, etc.

Más que un reloj automático, el Memovox (literalmente “la voz de la memoria”) encarna el tiempo organizado y eficaz de los Gloriosos Años Treinta. Su timbre rima con los plazos de la vida cotidiana: despertador, citas, horarios de trenes o parquímetros. En 1956, la línea Memovox se enriquece con una primicia mundial, el Calibre Jaeger-LeCoultre 815, el que asocia la función de despertador con la carga automática. Tres años después, este calibre equipa el Memovox Deep Sea: el primer reloj de buceo automático con alarma. Rápidamente le sigue el Memovox Polaris que se convierte en el espíritu conquistador de los años 60, y que ha servido de importante fuente de inspiración para el diseño de las actuales líneas Compressor y AMVOX.

El 3 de agosto de 1958, el primer submarino nuclear americano llega al Polo Norte en un periplo que une al Océano Atlántico con el Pacífico por la vía más directa y rápida. Algunos meses después, Ginebra regala el Cronómetro Geophysic de Jaeger–LeCoultre a William R. Anderson, comandante del submarino, en homenaje a su descubrimiento técnico y humano.

De las funciones cotidianas a los refinamientos mecánicos exclusivos

Dotadas de funciones de uso cotidiano (despertador, cuerda automática, husos horarios…) las creaciones de los Gloriosos Treinta, tales como el Memovox, el Futurematic o el Geophysic han legado su filosofía a la línea actual Master Control. Creada en 1992, marca una etapa fundamental en la conquista de la precisión, ya que para merecer su título de “Master”, cada reloj terminado debe salir victorioso de una serie de seis severas pruebas efectuadas durante 1000 horas, más o menos seis semanas. Para crear esta nueva referencia, la Manufactura se ampara en su experiencia más que secular. Se apoya especialmente en los trabajos relativos a los calibres de alta frecuencia que fueron lanzados en 1970 y en los progresos de los sistemas de carga automática por rotor, lanzados en 1959. Expresión del clasicismo relojero absoluto, la línea Master Control se enriquece muy pronto con creaciones dotadas de complicaciones relojeras clásicas como el calendario perpetuo, el tourbillon y la repetición de minutos.

En 1991, el Reverso recibe sus primeras complicaciones. La saga de las series limitadas Reverso de oro rosa y después de platino puede comenzar: tourbillon, repetición de minutos, calendario perpetuo, cronógrafo retrógrado… En 1994, el Reverso Duoface propone por primera vez dos esferas que se dan la espalda, ofreciendo así dos husos horarios. En 1997 aparece la versión femenina, el Reverso Duetto para señora: por un lado indica la hora del día mientras por el otro, engastado, se visualizan las horas de la noche. En 2006, el Reverso grande complication à triptyque reúne en la legendaria caja reversible el tiempo civil, el tiempo sideral y el tiempo perpetuo sobre 3 rostros.

El siglo XXI, o la creatividad sin límite

Marcados por el signo de la invención, los primeros años del siglo XXI se cuentan entre los más fecundos de toda la historia de Jaeger-LeCoultre: ¡Desde el año 2000, la Manufactura ha creado más de 75 nuevos calibres! Entre los cuales se cuentan grandes complicaciones, tourbillons, repeticiones de minutos, cronógrafos, calendarios perpetuos, 15 días de reserva de marcha, el primer calibre que no necesita lubricante, etc. Al mismo tiempo, se registran más de 80 patentes para proteger los inventos tanto en el campo de los movimientos como en el de las cajas.

Con relojes ultracomplicados con creaciones de alta joyería, pasando por los Atmos complicados, los AMVOX, Master Compressor Diving, los Reverso Squadra, o los Duomètre, Jaeger-LeCoultre se impone como la referencia de la Gran Relojería de prestigio. El siglo XXI marca otra etapa importante en la historia de Jaeger-LeCoultre: la creación de los primeros relojes de pulsera con grandes complicaciones (por lo menos tres complicaciones importantes dentro de un reloj). En el 2004, los relojes de la Manufactura crean el Gyrotourbillon I. Este reloj superlativo está dotado con un tourbillon que gravita sobre dos ejes, un calendario perpetuo con dos indicadores retrógrados y una ecuación del tiempo activa. Para coronar este conjunto, también ofrece una autonomía de ocho días. El Calibre Jaeger-LeCoultre 177 cuenta con nada más y nada menos que 679 componentes. Nótese que los cerca de 100 componentes del tourbillon esférico sólo pesan un tercio de gramo.

El primer reloj de la historia de la relojería dotado de tres esferas animadas por un solo movimiento, el Reverso grande complication à triptyque, interpreta tres dimensiones temporales. Por el lado anverso, la hora civil se acompasa al ritmo de un tourbillon isómetro de elipse. Por el lado reverso ofrece una ecuación del tiempo y el calendario zodiacal. La tercera esfera está integrada en la base de la caja: un calendario perpetuo instantáneo se activa cada 24 horas, exactamente a media noche.

En el 2008, Jaeger-LeCoultre rinde homenaje al espíritu pionero de sus fundadores con cuatro series limitadas de oro rosa, cada una provista de complicaciones emblemáticas de la historia de la marca: repetición de minutos, calendario perpetuo, tourbillon y el calibre ultraplano. El Memovox Tribute to Polaris, la réplica de los Memovox Polaris de 1965 y 1968, recuerda las grandes horas de la historia de Jaeger-LeCoultre en el campo de los relojes de buceo. Una colección prodigiosa de Atmos abre nuevos horizontes para el célebre péndulo perpetuo que celebra sus 85 años. En cuanto al Reverso Gyrotourbillon 2, ofrece por primera vez al célebre reloj reversible un tourbillon esférico. Al juego de la vuelta de su caja, añade la sabia rotación del tourbillon sobre dos ejes, acompasada por las palpitaciones de una espiral cilíndrica. Esta extraordinaria innovación crea una nueva etapa dentro de la precisión relojera de los relojes mecánicos, lo que hoy se expresa en fracciones de segundo por día.

En 2013, 180 años de inventos al servicio de la Alta Relojería

Desde hace 180 años, década tras década, a medida que se integran nuevos conocimientos a La Grande Maison del Valle del Joux, las edificaciones continúan prolongando el taller original de Antoine LeCoultre, en el corazón del pueblo de Le Sentier, a tiro de piedra del lugar donde Pierre LeCoultre adquirió su primer terreno en 1559.

Los techos de la Manufactura se han multiplicado para formar un conjunto arquitectónico complejo que, más que un santuario de la Bella Relojería, constituye hoy en día un prodigioso espacio de creación.

Bajo los techos de La Grande Maison, cada día, 180 pericias relojeras y más de 20 tecnologías se inventan, conciben, fabrican, ensamblan, regulan, engastan, graban o esmaltan relojes únicos que hacen brillar y renuevan permanentemente la gran tradición relojera suiza.

1559 Llegada de Pierre LeCoultre al Valle del Joux

1612 Fundación del pueblo de Le Sentier por Pierre II LeCoultre

1730 Fundación de la forja de los LeCoultre

1833 Fundación de la Manufactura por Antoine LeCoultre

1844 Invención del Micrómetro

1847 Invención del remontoir de báscula

1851 Medalla de Oro en la Feria Universal de Londres

1858 Elie LeCoultre secunda a su padre Antoine

1866 Nuevo edificio: LeCoultre se convierte en la primera Manufactura del Valle del Joux

1870 Primeros calibres complicados

1874 Nuevo edificio

1880 Fundación de Jaeger en París

1888 Nuevo edificio

1890 La Manufactura fabrica 156 calibres

1890 Primeras Grandes Complicaciones

1900 Jacques-David LeCoultre dirige la producción

1903 Jacques-David LeCoultre conoce a Edmond Jaeger

1907 Calibre Jaeger-LeCoultre 145, el movimiento más plano del mundo

1912 Extensión de la Manufactura

1915 Aeronáutica y automóviles

1925 Invención del reloj Duoplan

1927 Nuevo edificio

1928 Invento del péndulo Atmos

1929 Calibre Jaeger-LeCoultre 101, el movimiento más pequeño del mundo

1930 Chronoflight

1931 Reloj de pulsera 8 días, doble barrilete

1931 Nacimiento del reloj Reverso

1932 Pendulette baguette

1933 Nuevo edificio

1937 Nacimiento oficial de la marca Jaeger-LeCoultre

1938 Cámara fotográfica en miniatura Compass

1946 Calibre Jaeger-LeCoultre 170 tourbillon

1946 Primer reloj automático Jaeger-LeCoultre

1950 Nacimiento del Memovox

1953 Futurematic

1953 Calibre Jaeger-LeCoultre 803, 1,64 mm de grosor

1956 Primer reloj de pulsera automático con despertador

1958 Cronómetro Geophysic

1959 Memovox Deep Sea. Primer reloj de buceo dotado de alarma

1965 Memovox Polaris

1967 Participación al Calibre Beta 21

1972 Nuevo edificio

1976 Calibre Jaeger-LeCoultre 900 automático, plano, de alta frecuencia

1982 Calibre Jaeger-LeCoultre 601 de cuarzo, el más plano del mundo

1983 Calibre Jaeger-LeCoultre 889

1987 Calibre Jaeger-LeCoultre 630 meca-cuarzo

1989 Grand Réveil

1990 Géographique

1991 Reverso 60ème

1992 Master Control 1000 Hours

1994 Reverso Duoface

1997 Reverso Duetto

1997 Nuevo edificio

1999 Atmos du Millénaire

2000 Jaeger-LeCoultre entra al grupo Richemont

2002 Master Compressor Memovox

2003 Reverso Platinum Number Two

2003 Atmos Mystérieuse

2004 Gyrotourbillon I

2005 Master Minute Repeater Antoine LeCoultre

2006 Reverso grande complication à triptyque

2007 Duomètre 2007 Master Compressor Extreme Lab

2007 Apertura de la Galería del Patrimonio

2008 4 series limitadas de oro rosa marcan los 175 años de la Manufactura

2008 Reverso Gyrotourbillon 2

2008 Nuevo edificio de 9.000 m2

2009 Duomètre à Grande Sonnerie

2012 Master Grande Tradition Grande Complication

2011 Reverso Rététition Minutes à Rideau

2012 Duomètre Sphérotourbillon

2013 Jaeger-LeCoultre celebra sus 180 años

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

Jaeger-LeCoultre El nuevo Duomètre à Sphérotourbillon

jaeger-lecoultre-duometre-a-spherotourbillonDual-Wing, el movimiento mecánico que revoluciona la relojería

“¿Una evolución? No, una revolución”

Por Jérôme Lambert, CEO de Jaeger-LeCoultre

“Al idear su mecanismo inédito Dual-Wing, la Manufactura Jaeger-LeCoultre no sólo concibió el elemento fundador de una nueva colección bautizada como Duomètre, sino también escribió un capítulo completo de la historia de la relojería”.

Ayer aún, confiar a un movimiento relojero tradicional la misión de asegurar una complicación adicional, además de indicar las horas, era correr un riesgo en cuanto a su precisión de marcha. El valioso talento de los mejores relojeros no podía contrarrestar las leyes de la física ni los límites de la micromecánica. Indudablemente, los movimientos que lograban realizar, aportaban una gran satisfacción si se privilegiaban las elevadas prestaciones técnicas, la precisión o la estética. Pero sólo se podía elegir uno de estos tres parámetros…

Poseer un reloj con complicaciones que reuniera estos tres ingredientes ya era una utopía. Y un buen día, en los talleres de la Manufactura Jaeger-LeCoultre, en el corazón del Valle de Joux, en Suiza, nació una idea: ¿y si se empezara en una página en blanco? ¿Y si en lugar de mejorar lo existente, se volviera a empezar de cero? ¿Y si en lugar de hacer evoluciones se eligiera hacer una revolución? Así nació el concept Dual-Wing, dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja: uno asumiría la indicación de las horas y el otro la animación de una función adicional.

¿Dos mecanismos distintos y autónomos reunidos en una misma caja? Si sólo se tratara de eso, los relojeros de Jaeger-LeCoultre sólo hubieran realizado una obra maestra de miniaturización. Pero hicieron mucho más al asociar los dos mecanismos a un solo órgano regulador, prueba de un funcionamiento cuya precisión es digna de un cronómetro.

Entonces sí, el concepto Dual-Wing, punto de partida de la colección Duomètre, es efectivamente una revolución, ya que permite ofrecer un reloj que reconcilia precisión y complicación inédita.

Su principio hacía soñar a los apasionados de la relojería, sólo quedaba transformar la teoría en realidad. El primer desafío del concept Dual-Wing fue animar un cronógrafo. Y el nacimiento del nuevo Duomètre à Chronographe constituyó uno de los principales eventos del año relojero 2007.

Luego llegó el turno del calendario. Esta codiciada complicación se benefició del concepto Dual- Wing: en 2010 nació el Duomètre à Quantième Lunaire.

Y en 2012 salió a la luz el Duomètre à Sphérotourbillon. Una nueva revolución en el arte de la precisión relojera…”

El Grande Reverso Lady Ultra Thin luce un brazalete Valextra para San Valentín

El Grande Reverso Lady Ultra Thin luce un brazalete Valextra para San Valentín

Grande Reverso Lady Ultra Thin animation Valextra 2012Siempre a la moda, Jaeger-LeCoultre viste al Grande Reverso Lady Ultra Thin con un brazalete de dos vueltas de piel Valextra en los colores de la temporada. La correa rojo “ribes”, verde “muschio” o beige “cannetè” realzará el estilo inimitable y elegante del Reverso, convirtiéndolo en un complemento de moda. A partir del 14 de febrero de 2013, para San Valentín, las Boutiques Jaeger-LeCoultre en todo el mundo ofrecerán estos tres brazaletes de colores.

El Grande Reverso Lady Ultra Thin es un modelo que rinde homenaje a los sueños de las mujeres, que permanece fiel a la esencia misma del clásico Reverso. Es mezcla perfecta de estilo Art Déco y elegancia. La mujer que luce un Grande Reverso Lady Ultra Thin encarna el lujo discreto, el glamour y el gusto por la Alta Relojería. Es una mujer independiente y decidida.

El Reverso ofrece un espacio único para la personalización con un grabado o un engastado. El Reverso puede ser personalizado con infinidad de motivos, desde iniciales, dibujos y números de la suerte hasta un retrato. Todos los momentos pueden ser inmortalizados en este reloj, el único que puede tejer un vínculo íntimo y emocional con la persona que lo lleva cada día.

Con la misma visión creativa, Jaeger-LeCoultre, la referencia en Alta Relojería suiza, y Valextra, una Casa de artículos de lujo mundialmente reconocida, continúan creando juntos accesorios exclusivos para señora; muestras del lujo, preciosa y minuciosamente manufacturadas. Las dos Casas colaboran desde 2012 en la elaboración de un brazalete de dos vueltas para los modelos Reverso femeninos. También crearon juntas el Bolso Jaeger-LeCoultre Rendez-Vous de Valextra, una forma inédita de lucir el reloj.

Acerca de VALEXTRA

Valextra: Una historia de gusto más allá de la moda

Líder en el sector de la marroquinería de lujo, Valextra nació en Milán en 1937 y debe su éxito a su fundador Giovanni Fontana, un visionario con un desarrollado sentido de los negocios y una gran capacidad para transformar una visión en una idea creativa. A lo largo de su historia, numerosas creaciones de Valextra se han convertido en éxitos de venta, y algunas han sido consideradas como iconos de diseño por museos de arte moderno alrededor del mundo, como la célebre maleta de viaje “24h”, que recibió el prestigioso premio “Compasso d’Oro” en 1954 y que la historia ha llamado “Bolso 24 horas”.

Fiel al espíritu de Giovanni Fontana, Valextra continúa ofreciendo una interpretación del tiempo y desarrollando productos mediante un antiguo arte, satisfaciendo las necesidades del momento y en continua sinergia, combinando tradición e innovación, calidad suprema y funcionalidad con sus formas lineales y elegantes. Una calidad distintiva, garantizada por artesanos altamente cualificados para modernizar a la vez que mantienen el respeto por la tradición.

Actualmente, Valextra es distribuido en Italia, Europa, Japón, Corea del sur y Estados Unidos a través de una red de boutiques insignia y puntos de venta en departamentos. Para más información, visite www.valextra.it.

El YEARBOOK SIX, en lo más alto

El YEARBOOK SIX, en lo más alto

La Manufactura Jaeger-LeCoultre está publicando la sexta edición del Yearbook, un libro de colección a gran formato que está inspirado en las últimas novedades de la Grande Maison del Valle de Joux. Con él, podrá adentrarse en un viaje en el que descubrirá nuevos territorios artísticos y culturales. Iniciado este ciclo en el año 2007, conduce este año…al círculo.

Si la realidad geométrica, como es resaltado en la carta de Franco Coligni, convierte al círculo “ una simple figura plana delimitada por una línea, llamada circunferencia, en la cual todos los puntos son situados a la misma distancia del punto central”, el símbolo es, a su vez, mucho más amplio y profundo.

Ciclos y círculos confundidos, la vida, la naturaleza y el tiempo se convierten en una sucesión de estaciones y una sucesión de horas sobre una tierra esférica girando en círculos al rededor del sol, en circunvalaciones sin fin. El infinito, mismamente, esta representado por un símbolo de doble círculo.

De hecho, la forma redonda domina en la relojería- cajas, biseles, esferas, coronas, ruedas-, Jaeger-LeCoultre ha decidido confiar a su Yearbook la misión de explorar todas las facetas del círculo en el mundo del arte y, sobretodo, en el mundo que nos rodea.

Una invitación a pasar las páginas para dar la vuelta al círculo…

Vuelta de esfera

El círculo es, ante todo, un conjunto dedicado a los relojes de bolsillo de antaño, todo él refinado en sus redondeces y de gran gusto para el tacto. A esas curvas relojeras responden otros círculos nacidos de fenómenos magnéticos, físicos y eléctricos, fotografiados por Berenice Abbot.

Vuelta de pista

El círculo, después, es considerado como una expresión artística y lúdica en un Universo donde esta forma geométrica tiene todo el sentido: el circo.

Vuelta de rueda

El círculo es la rueda que hace girar China y permite a la bicicleta poblar los mil millones de chinos, tanto en las ciudades como en el campo. Un tour de horizonte en blanco y negro, de día o de noche, entre luz y sombra a través el objetivo de Wand Wenlan.

Vuelta de Francia

El círculo es la mirada del fotógrafo Joachim Bonnemaison. Para alzar el retrato de mujeres de hombres y de pasiones, ha creado un aparato especial. Lejos de la foto tradicional, abre nuevas ventanas-redondas-, sobre fragmentos de la vida.

Un tour de magia

El círculo, es el tiempo reinventado por Jaeger-LeCoultre y fotografiado de manera excepcional: efectuando una rotación tridimensional, el tourbillon del Duomètre Sphérotourbillon supera la fuerza de la gravedad para obtener la mayor precisión.

Un tour de manivela

El círculo, es igualmente una opción de estética puesta en escena desde los años 30 en Brodway y Hollywood a través de películas, comedias musicales, shows, espectáculos de baile al ritmo de corros encantados.

Contorno de ojos

El círculo es, evidentemente, una de sus expresiones más simbólicas: el ojo. Un gran enfoque sobre las miradas animales fascinantes, emocionantes, capaces de embrujar…

Un barrido de 360º

El círculo, es un gran viaje hasta Shangai y su Festival del Cine en el cual Jaeger-LeCoultre es patrocinador. Entre las luces de la ciudad y de la noche, el objetivo de la cámara nos confiere un “Rendez-Vous” con una mujer espléndida…y un nuevo reloj.

Un saber-hacer

El círculo, es finalmente la forma de toda clase de objetos que hacen girar el mundo y marcan el ritmo de las horas de nuestra vida cotidiana. Metáforas o trazos de humor, alquimia geométrica y el último punto de vista de una secuencia de fotos realizadas por Chema Madoz.

La publicación estará disponible próximamente en la e-library de Jaeger-LeCoultre así como en todas las Boutiques de Jaeger-LeCoultre en el mundo.

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre, acudió al quinto encuentro anual benéfico del Cine en el MoMA, honrando homenaje a Quentin Tarantino

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre, acudió al quinto encuentro anual benéfico del Cine en el MoMA, honrando homenaje a Quentin Tarantino

Jaeger-LeCoultre-with-Diane-Kruger-at-MOMA-for-Film-Benefit-2012El quinto encuentro anual benéfico del Cine, que tuvo lugar en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, rindió homenaje al galardonado escritor y director Quentin Tarantino.

Diane Kruger, imagen de Jaeger-LeCoultre y co-presidenta del evento, abrió la ceremonia con un discurso antes de invitar al escenario a Tarantino.

El beneficio de este año se ha visto increentado en un 1.1 millón de dólares

Los co-presidentes honorificos del evento fueron Marie-Josée Kravis y el presidente del consejo administrativo del Museo, Jerry l. Speyer. Los co- presentadores incluidos Dana Auslander, Sid R. Bass, Peter Bogdanovich, Diane Kruger, Jo Carole y Ronald S. Lauder, Ana y Henry Pincus, Wendi y Rupert Murdoch, Dini von Mueffling y Ted Sann, Lizzie y Jon Tisch, Bob Weinstein, y Georgina Chapman y Harvey Weinstein. Los invitados especiales fueron Jamie Fox, Katie Holmes, John Slattery, Chelsea Clinton, Marc Mezvinsky, Steve Buscemi, Nichole Galicia, Harvey Keitel, Josh Lucas, Dean Winters y RZA.

Los fondos recaudados en el evento serán destinados a promover las grandes creaciones cinematográficas y seguir completando la colección del Museo de Arte Moderna. Las figuras rendidas homenaje anteriormente fueron: Baz Luhrmann (2008), Tim Burton (2009), Kathryn Bigelow (2010), y Pedro Almodóvar (2011).

Para Jaeger-LeCoultre fue un gran placer ser el patrocinador de este encuentro benéfico debido al respeto que tiene por las grandes creaciones cinematográficas. Jaeger-LeCoultre ha establecido una fuerte relación con el mundo del cine siendo patrocinador oficial del Festival de Cine de Venecia por octavo año consecutivo, así como del Festival de Cine de Shanghái, Abu Dhabi y San Sebastián en este año 2012