El tourbillon volante reaparece en un nuevo diseño de edición limitada
El Senator Tourbillon – Edición Alfred Helwig contradice la ley de la gravedad, por un lado porque la rotación de su tourbillon volante se opone a la fuerza de la gravedad y por otro porque su montaje afiligranado refuerza la impresión de ingravidez. Con la nueva y ligera esfera, el Senator Tourbillon se prensenta en una edición, limitada a 25 piezas.
Atemporalmente bello, la nueva imagen del Senator Tourbillon
La nueva versión del Senator Tourbillon se presenta en una caja de oro blanco de 42 mm que enmarca una esfera ligera con graneado plateado cuya superficie de textura fina hace resaltar claramente la vuelta de horas de estilo railroad y los índices negros grabados con láser. Tiene correa de piel de aligátor de Luisiana en color negro, con cierre desplegable en oro blanco y el «índice» romano en la 1 h, que revela la numeración individual de la edición limitada. El mecanismo que marca el tiempo en el reloj es el movimiento Calibre 94-03, propio de la manufactura, que cuenta con una reserva de marcha de 48 horas. A través del fondo de caja de cristal de zafiro pueden observarse otros elementos clásicos del arte sajón de la relojería, incluido el acabado barrado Glashütte, los tornillos azulados, los chatones de oro atornillados y el rotor esqueletizado galvanizado en dos tonos.
Dos clásicos de Glashütte: la fecha panorámica y el tourbillon volante
El Senator Tourbillon – Edición Alfred Helwig cuenta con dos complicaciones clásicas de Glashütte Original. La fecha panorámica, situada debajo de las 12 h, que este año celebra su 20o aniversario. Desde 1997, Glashütte Original ha usado dos discos de fecha dispuestos de forma concéntrica al mismo nivel para garantizar que pueda leerse la fecha fácilmente sin una barra de separación central.
En el Senator Tourbillon nos encontramos con una nueva creación cuyo origen se encuentra en Glashütte: Alfred Helwig desarrolló hace casi 100 años el tourbillon volante. Tras la reorientación del relojero sajón, en 1995 y por un buen motivo se escogió esta complicación para retomar las tradiciones de su ciudad natal.
Una ilusión relojera
El tourbillon es una de las complicaciones relojeras más deseadas. Desarrollado originalmente por Abraham Louis Breguet en 1801 para compensar los efectos de la gravedadenlaprecisióndelamarchadelosrelojesdebolsillomecánicos. La ingeniosa construcción compensa el defecto del centro de gravedad resultante de la posición vertical del reloj haciendo que todo el sistema de oscilación y escape gire sobre su eje una vez por minuto. El efecto de este movimiento es asegurar que la jaula, con su volante, áncora y rueda de escape, compense un desequilibrio que, debido a su influencia en un solo lado, impacta de forma negativa en la precisión de la marcha del reloj. En la época de los relojes de bolsillo, el tourbillon fue un invento revolucionario y una garantía de precisión. Todavía hoy su construcción se considera un ejemplo de los niveles más elevados del arte de la relojería.
El tourbillon volante aporta a este principio una mayor elegancia y ofrece perspectivas fascinantes. La versión avanzada construida por Alfred Helwig en 1920 difiere del tourbillon clásico fundamentalmente en términos de estética: sujetado solo por un lado, no necesita el puente superior y ofrece, así, al observador una visión despejada de la belleza de esta complicación sumamente sofisticada.
Con una sujeción única debajo de la caja del tourbillon, esta construcción aparentemente ingrávida y desde el punto de vista de un relojero, hace que este tourbillon sea especialmente exigente y laborioso. En este caso, el tourbillon obtiene su energía de la tercera rueda a la cuarta, que va montada debajo del tourbillon y sujetada en el conjunto del mismo.
El piñón de la rueda de escape sobresale desde debajo del tourbillon y se engrana con la cuarta rueda, sujetada con firmeza a la platina de base. Como consecuencia de la rotación del tourbillon, el piñón de la rueda de escape se engrana con la cuarta rueda, lo que hace que la rueda de escape desencadene, mediante el áncora, las oscilaciones de la rueda de volante.
Así, el movimiento del volante y de la jaula puede admirarse sin que interfiera en la visión un puente superior. Sin lugar a dudas, la ligereza de la construcción debe entenderse literalmente: El tourbillon volante de Glashütte Original tan solo pesa 0,2 gramos y está formado por 72 componentes de fino acabado que se han decorado y montado meticulosamente a mano.
Un Glashütte Original: Alfred Helwig
El nuevo modelo lleva el nombre del inventor del tourbillon volante, el maestro relojero Alfred Helwig. Nacido en la región de Niederlausitz, Alfred Helwig se graduó con matrícula de honor en 1905 tras finalizar su formación en la Escuela Alemana de Relojería de Glashütte, escuela en la que más tarde sería profesor durante más de 40 años. Gracias a su trabajo y a sus obras, se le considera una de las figuras más importantes de la historia de la relojería de Glashütte. Sin embargo, su invención del Tourbillon Volante en 1920 es la que le ha asegurado su lugar la historia internacional de la alta relojería. En la actualidad su nombre honra la escuela de relojería de Glashütte Original, situada en el mismo edificio donde antaño trabajó y enseñó este maestro relojero, educando al futuro del arte de la relojería de Glashütte.
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